Publicado el mensaje del Papa para la JMJ que se realizará en Cracovia en 2016“Nos guían las palabras de Jesús recogidas en el “sermón de la montaña”, dice el Papa en su invitación a los jóvenes y las jóvenes del mundo en ocasión de la XXXI Jornada Mundial de la Juventud que se celebrará en Cracovia, Polonia del 26 al 31 de julio 2016.
Asimismo, indicó: “estoy seguro de que el Jubileo de los Jóvenes en Cracovia será uno de los momentos fuertes de este Año Santo”. Asimismo, les invitó a llevar la Misericordia de Cristo “a los ambientes de su vida cotidiana y hasta los confines de la tierra”.
‘Bienaventurados los misericordiosos, porque ellos alcanzarán misericordia’ (Mt 5,7) es la bienaventuranza que el Papa ha propuesto a los jóvenes para la reflexión de preparación al encuentro mundial que inició en 2014.
Despertar los corazones a la misericordia
La JMJ y el Jubileo para recodar la enseñanza de Jesús que vino para anunciar la gracia del Señor en los “pobres, la liberación a los cautivos, “la vista a los ciegos y la libertad a los oprimidos” (cfr. Lc 4,18-19)”, escribió.
Igualmente, ha explicado el significado del jubileo: “estamos todos invitados a vivir un extraordinario tiempo de gracia[…]“para despertar en los corazones la capacidad de fijarse en lo esencial”.
En particular, “para que la Iglesia redescubra el sentido de la misión que el Señor le ha confiado el día de Pascua: ser signo e instrumento de la misericordia del Padre”.
La misericordia del Perdón
Retomando el lema de año del Jubileo, el Papa explicó la misericordia divina: “En el concepto bíblico de misericordia -revela el Santo Padre- está incluido lo concreto de un amor que es fiel, gratuito y sabe perdonar. Del mismo modo, recuerda que “en la misericordia siempre está incluido el perdón”.
Así manifestó “la misericordia de nuestro Señor” está “cuando Él se inclina sobre la miseria humana y demuestra su compasión hacia quien necesita comprensión, curación y perdón”. Y agregó: “todo en Jesús habla de misericordia, es más, Él mismo es la misericordia”.
Pero dice que “la misericordia de Dios es muy concreta y todos estamos llamados a experimentarla en primera persona”.
Un Dios que busca a los jóvenes: “¿has sentido alguna vez en ti esta mirada de amor infinito que, más allá de todos tus pecados, limitaciones y fracasos, continúa fiándose de ti y mirando tu existencia con esperanza?, preguntó Francisco.
La extraordinaria alegría de Dios
El Pontífice les advirtió que las bienaventuranzas producen felicidad verdadera:“seremos ….felices, cuando entremos en la lógica divina del don, del amor gratuito, si descubrimos que Dios nos ha amado infinitamente para hacernos capaces de amar como Él, sin medida”.
Además apuntó algunas pautas para “ser concretamente instrumentos” de misericordia.
Obras espirituales y corporales
El Papa invita a los jóvenes “a descubrir de nuevo las obras de misericordia corporales: dar de comer a los hambrientos, dar de beber a los sedientos, vestir a los desnudos, acoger al extranjero, asistir a los enfermos, visitar a los presos, enterrar a los muertos”.
Y no olvidar las obras espirituales: “aconsejar a los que dudan, enseñar a los ignorantes, advertir a los pecadores, consolar a los afligidos, perdonar las ofensas, soportar pacientemente a las personas molestas, rezar a Dios por los vivos y por los difuntos”.
El Papa Francisco exhortó a los jóvenes para los primeros siete meses del año 2016 que “elijan una obra de misericordia corporal y una espiritual para ponerla en práctica cada mes”.
Y una da las más “evidentes”: “perdonar a quien te ha ofendido, a quien te ha hecho daño, a quien consideramos un enemigo. Sin embargo, “el perdón es el instrumento puesto en nuestras frágiles manos para alcanzar la serenidad del corazón”.
El recuerdo de Juan Pablo II
El Papa rememoró a Juan Pablo II que había intuido el tiempo de la misericordia. Al inicio de su pontificado escribió la encíclica Dives in Misericordia.
De esta manera, el Pontífice pidió a los jóvenes que no tengan miedo de contemplar los ojos de Dios “llenos de amor infinito hacia ustedes y déjense tocar por su mirada misericordiosa, dispuesta a perdonar cada uno de sus pecados, una mirada que es capaz de cambiar la vida de ustedes y de sanar sus almas, una mirada que sacia la profunda sed que demora en sus corazones jóvenes”.