"Me latía fuertemente el corazón. Pedí la gracia de morir también mártir por Jesús"
Santa Teresa de Lisieux manifestó en varias ocasiones que le hubiera gustado vivir en los comienzos del cristianismo, haber coincidido con los apóstoles y con Jesús. Quedó maravillada del viaje que realizó a Roma con su familia en 1887. Pudo estar en la Catacumbas romanas. Su emoción fue grande al visitar el Coliseo considerando la cantidad de cristianos que entregaron su vida a Dios por ser fieles a su fe.
Coliseo
Relata la emoción que supuso para ella la visita al Coliseo, y su petición al Señor de morir mártir …
Una de las más dulces emociones que me hizo estremecerme fue la vista del Coliseo. Por fin podía ver aquella arena en la que tantos mártires habían derramado su sangre por Jesús, y ya me disponía a besar aquella tierra que ellos habían santificado. (…) y, arrodillándonos sobre aquella tierra sagrada, nuestras almas se fundieron en una misma oración…
Al posar mis labios sobre el polvo purpurado por la sangre de los primeros cristianos, me latía fuertemente el corazón. Pedí la gracia de morir también mártir por Jesús, y sentí en el fondo del corazón que mi oración había sido escuchada.
(SANTA TERESA DE LISIEUX, Historia de un alma, Editorial Monte Carmelo, Burgos 1989, pag. 173-175)
Catacumbas
De su visita a Roma en 1887, Teresa de Lisieux nos relata…
También las catacumbas me dejaron una gratísima impresión. Son tal como me las había imaginado leyendo su descripción en la vida de los mártires.
La atmósfera que se respira está tan llena de fragancia, que, después de pasar en ellas buena parte de la tarde me daba la impresión de haber estado sólo unos instantes…
(SANTA TERESA DE LISIEUX, Historia de un alma, Editorial Monte Carmelo, Burgos 1989, pag. 175-176)
Del libro:
ORAR CON LOS PRIMEROS CRISTIANOS
Gabriel Larrauri (Ed. Planeta)