Los “nuevos derechos” desintegran la familia para parir un hombre solitario y sin raíces: el consumidor y súbdito perfectoLos grandes intereses financieros propagan a menudo el llamado “indiferentismo sexual” y, por consiguiente, atacan la constitución familiar, afirma el economista italiano Federico Iadicicco. Entre las observaciones que compartió en el debate Ideología de género: una revolución antropológica, celebrada el 30 de septiembre en la Univesridad pontificia Santo Tomás de Aquino de Roma, se destacan las siguientes:
- Las grandes corporaciones multinacionales como Apple, Coca-Cola, Pepsi, Nike, Motorola, Kodak, Open Society de George Soros, las fundaciones MacArthur, Ford, Goldman y Rockefeller, entre otras gigantes, generaron grandes y constantes aportaciones de dinero a las llamadas “causas LGBT”.
- Es de interés para esas corporaciones desintegrar los “organismos intermediarios”, como la familia, con el fin de destruir paulatinamente los lazos comunitarios y de relación, dejando al ser humano cada vez más solo y sin vínculos. Cuanto más solitario es el individuo, más frágil será y esa fragilidad lo volverá un consumidor y un súbdito perfecto: él buscará en la compulsión del consumo las tentativas de llenar su vacío. Además, sin vínculos familiares, sociales y comunitarios fuertes, él representa poco o ningún peligro para la gigantesca industria que gobierna el mundo.
- Es particularmente importante para esa estrategia de desintegración humana la popularización y generalización del llamado “vientre de alquiler”: al final, cuanto más gente ignore la identidad de la madre y el padre, más frágiles son los vínculos de la paternidad-maternidad y filiación.
- El poder económico y financiero impone su agenda a los poderes políticos, que se vuelven marionetas de las grandes corporaciones mundiales. Llama la atención, por ejemplo, la gran atención dedicada por parte de los organismos supranacionales a la imposición de la ideología de género en las legislaciones de los países. La Organización Mundial de la Salud, que debería estar concentrada en resolver los verdaderos problemas de salud que afligen al mundo, está mucho más interesada en imponer directrices ideológicas de educación sexual para los niños y en implementar la teoría de género en la escuelas para manipular desde temprano a las nuevas generaciones.
- Todos los países de Occidente ya adoptan alguna o varias leyes contrarias a la familia. Hay muchos más proyectos orientados a simplificar los divorcios que a corroborar los matrimonios. En vez de apoyar a la familia natural, compuesta por un hombre-padre, una mujer-madre y los hijos amorosamente generados, acogidos y criados por ellos, hay mucho más empeño en vaciar el concepto natural de matrimonio y equiparar el matrimonio a cualquier tipo de unión romántica, por más fugaz, desprovista e inconsistente que sea.
- Para silenciar a quien se opone a la equiparación de las uniones homosexuales con el matrimonio, así como a la adopción de niños por parejas homosexuales, se imponen leyes presentadas como de “lucha a la homofobia”: estas básicamente criminalizan la opinión, amenazando con la cárcel a los ciudadanos dispuestos a ejercer su derecho a pensar y a expresarse libremente en defensa del concepto natural de matrimonio, por ejemplo.
- Los poderes financieros mundiales influyen en el mundo entero de manera no relacionada exclusivamente con una determinada orientación política. Sin embargo, es notorio que la ideología de la autoproclamada izquierda del siglo XXI promueve abiertamente el laicismo y el individualismo. Según Federico Iadicicco, “la ideología de género está para la izquierda de hoy como el marxismo estuvo para la izquierda de ayer”.