Al dejar los anticonceptivos, muchos pasan de la utilización del otro como objeto sexual a la entrega“Cuando dejas la anticoncepción y te vuelves a la PFN, tu concepción de tu sexualidad cambia radicalmente”. Lo asegura la consultora del Consejo Pontificio para la Familia Janet Smith, entrevistada por Aleteia en Filadelfia, durante el reciente Encuentro Mundial de las Familias.
Para Janet, “no se trata sólo de un método distinto, como si hubiera un método químico y un método natural y los dos lograran lo mismo. El método natural significa que tú realmente llegas a amar tus posibilidades de procrear”.
La experta reconoce que la planificación familiar natural puede ser “un inconveniente porque tu vida sexual está implicada, pero si hablas con tus amigos que usan anticonceptivos se quejan de cosas peores que no poder tener relaciones sexuales siempre que quieren: “Él no me entiende; no me quiere; consume pornografía, etcétera”.
“Casi ningún marido que usa la planificación familiar natural consume pornografía –asegura Smith-. Los hombres que usan la planificación familiar natural no creen en la masturbación, no creen en tratar a las mujeres como objetos. Y se centran en esa mujer –su mujer- sabiendo que “es la mujer con la que necesito tener una relación”.
“Muchas de las mujeres que usan anticonceptivos se sienten como objetos sexuales”, constata: “Me quiere por el sexo”, dicen. Y algunos hombres a veces ni siquiera saben que lo están haciendo””.
“Pero cuando entran en la planificación familiar natura, empiezan a ver a su mujer con un nuevo “set” de ojos: “Ella no es sólo un cuerpo que está disponible en la cocina, es mi mujer, y lucha con las hormonas, y los niños y los bebés. Y mi trabajo es ayudarla con todo eso”.
“Y así él entrega su vida dándose –completa Smith-. Da su vida por su mujer, en lugar de decir: “Estoy muy ocupado con mi trabajo y voy a ir a casa y tener relaciones sexuales con este mujer en la cocina”.
La experta recuerda: “Tuve un sacerdote que enseñaba a hombres planificación familiar natural que les hacía llorar cuando ellos se daban cuenta de que habían estado tratando a sus mujeres de esa manera, y decían: “Nunca quise hacerlo, nunca quise pero obviamente, he caído en ello a causa de las prácticas que he desarrollado”. Tratamos a los hombres tan mal como si fueran monstruos, y no lo son. Ellos realmente quieren algo mejor pero nuestra cultura les empuja.
Según Janet, si se resuelve el problema de la anticoncepción, disminuye de manera “increíble” el número de problemas e incluso el número de divorcios y los matrimonios se fortalecen.
“Si vas a una parroquia y miras a las personas que están viviendo con fe las enseñanzas de la Iglesia, son aquellos con los que realmente puedes contar para hacer algo para la parroquia, por ejemplo ayudar a los inmigrantes”, dijo.
Y prosiguió: “¿Por qué? Porque están viviendo su fe con radicalidad. En las familias grandes que conozco, tienen vocaciones, sus niños están trabajando con personas sin hogar y de otras maneras. ¿Por qué? Porque han salido de un hogar muy seguro, de una familia con fe donde sus padres se sacrificaron, muriendo a ellos mismos, y los niños lo han aprendido. Es increíble lo que pasa en esas familias”.
Janet afirma que su fórmula para reformar la Iglesia consiste en reformar la familia y que es necesario “trabajar en la preparación al matrimonio de personas que se presentan en la puerta de la parroquia”.
“La gente quiere que sus matrimonios duren, y es evidente que si tienes una auténtica preparación al matrimonio, tu matrimonio va a durar mucho más”, afirma.
Y recuerda una conversación que mantuvo una vez con un bautista, profesor de química de la Rice University, que enseñaba PFN en la Iglesia bautista mega de Houston y dijo que la evidencia de que salva matrimonios es “abrumadora”.