Lograrás encontrar la sanación, en parte a través de tu valentía en proseguirDespués de 25 años de matrimonio me enteré la semana pasada de que mi pareja me ha estado poniendo los cuernos durante años. Sencillamente no se qué hacer. No puedo dormir, estoy enojado todo el tiempo, y me siento completamente bloqueado. ¿Qué me está pasando? ¿Es posible reconstruir nuestro matrimonio?
Me gustaría poder decirte que lo que estás viviendo es un caso extraordinario de la sociedad norteamericana actual. Sin embargo, las investigaciones y experiencias indican que no eres ni remotamente el único. Muy a menudo las personas vienen o solas o en pareja en busca de consejo para hablar sobre los efectos de la infidelidad en su relación. Esta no es nunca una situación fácil, y no es de sorprender que estés teniendo dificultad para entender cómo enfrentar el tema.
La herida de la infidelidad se puede llamarse una herida de apego. A diferencia de heridas que pueden suceder cuando te das cuenta de que tu pareja no está emocionalmente disponible para ti, las heridas de apego que surgen de la infidelidad (emocional y física) tienden a afectarnos más por dos razones.
La primera, una infidelidad cambia radicalmente la idea que tenías sobre el matrimonio y el compromiso, o por lo menos de los últimos 25 años que llevas de matrimonio. Tal desafío de la creencia fundamental nos deja sentir que estamos cayendo en el espacio exterior.
Segundo, una infidelidad es una profunda violación de la ley natural y divina. Cuando pecamos de manera tan grave, aquellos a los que hemos ofendido pueden reaccionar haciendo visible la gravedad de nuestras acciones desordenadas.
Con todo, puedes entender tus síntomas con la siguiente declaración: estás sufriendo un trauma similar al trastorno de estrés post traumático proveniente de una profunda acción desordenada de tu pareja.
Pero aunque tu sufrimiento y la experiencia que estás viviendo son difíciles de superar, es posible sanar de una infidelidad y salvar tu matrimonio. Necesitas encontrar apoyo para emprender el camino de sanación para reparar la relación. Tiene que existir el compromiso de superar las heridas pasadas.
Buscar terapia es un paso de ese compromiso. Esto probablemente sea difícil y útil a la vez. Podrá haber días en que no querrás continuar porque suele ser doloroso. Te invito a seguir.
Lograrás encontrar la sanación, en parte, a través de tu valentía en proseguir. Además –aunque no es un pensamiento popular, es vital para el éxito en estos casos– necesitas estar dispuesto (en el momento oportuno) a explorar con tu pareja el motivo por el que el matrimonio llegó a ese punto.
Jugar al culpable no los llevará a ninguna parte, en cambio asumir responsabilidad personal de la situación actual de tu matrimonio provocará una verdadera libertad, y sanación.
Para aquellos que ponen en cuestión este punto, les recuerdo una cita del presidente John F. Kennedy tras la fallida invasión de la Bahía de Cochinos: “La victoria tiene cientos de padres, la derrota es huérfana”. A nadie le gusta admitir su parte en el fracaso, pero es la única manera en que realmente maduramos.
En definitiva, tu sufrimiento es normal y comprensible, pero piensa que tú y tu cónyuge sois un equipo, y que o llegáis al éxito en el matrimonio juntos o fracasáis juntos. Como siempre, cuenta con mis oraciones por ambos.
William McKenna, MS, experto en el IPS, Center for Psychological Services.