Un triunfo cultural indígena en la conformación del patrimonio cultural mexicano y de la humanidadMéxico celebra a sus muertos de una manera peculiar. El Día de Muertos viene desde las raíces prehispánicas del país en donde cada 2 de noviembre se celebra con altares, comida (la comida favorita del muerto), bebida y flores de cempaxúchitl. No faltan las “calaveras”, pequeños versos rimados en los que el mexicano se ríe de la posible muerte de los vivos, el papel picado y los pequeños cráneos de azúcar, que son golosina propia de esta jornada.
Un poema y una canción podrían ser representativos del trato con la muerte entre los mexicanos. El poema es Muerte sin fin de José Gorostiza (que tiene un estribillo que dice: “tan-tan, ¿quién es?, la muerte”), y la canción es Caminos de Guanajuato, de José Alfredo Jiménez, en donde el célebre cantautor ranchero declara que en este mundo, “la vida no vale nada”.
Sincretismo religioso
La importancia de la celebración del Día de Muertos mexicano ha trascendido fronteras. En 2003, la Organización de Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO), declaró a esta festividad como una Obra maestra del patrimonio cultural de la humanidad, promoviendo su preservación y difusión en el mundo.
Desde luego, se trata de una muestra del sincretismo religioso que vive México, tras la “conquista espiritual” realizada por los frailes mendicantes, en principio y durante del siglo XVI, y más tarde por las órdenes regulares que llegaron al país entre fines del siglo XVI y principios del siglo XVII.
Son los grupos indígenas del país, aunque ya se haya extendido a todos los estamentos sociales, los principales encargados de darle plenitud al Día de Muertos, por lo que representa un triunfo cultural indígena en la conformación del patrimonio cultural mexicano y de la humanidad.
“Diversos estudios históricos y antropológicos han permitido constatar que las celebraciones dedicadas a los muertos no solo comparten una antigua práctica ceremonial en la que conviven la tradición católica y la precolombina, sino también manifestaciones que se sustentan en la pluralidad étnica y cultural del país”, escribe en su informe de Estadísticas a propósito del Día de Muertos el Instituto Nacional de Estadística, Geografía e Informática (INEGI)
El estado de la muerte en México
Justamente es el INEGI el que da a conocer en un extenso informe los datos nacionales acerca de esperanza de vida, mortalidad versus nacimientos, fallecimientos por sexo y principales causas por las que los mexicanos fallecen.
En este año de 2015, México ha alcanzado una esperanza de vida de 74.9 años. Este es un dato importante porque hace 80 años, en 1930, la esperanza de vida de los mexicanos apenas si llegaba a ser de 35 años.
En el año de 2013 se registraron 624 mil defunciones en el país y la mayor parte se concentró en edades adultas: 63-3 por ciento en la población de 60 años o más y 24.3 por ciento en adultos de 30 a 59 años.
En México, no obstante la población femenina es ligeramente superior a la masculina, fallecen más hombreas al año que mujeres: 132.5 hombres por cada 100 mujeres, pero donde se agudiza más esta sobremortalidad es en el grupo de 20 a 34 años: 339.9 defunciones de hombres por cada 100 defunciones de mujeres.
Por último, el informe del INEGI para el Día de Muertos destaca que la diabetes mellitus, las enfermedades isquémicas del corazón, las del hígado ya las cardiovasculares, son las principales causas de muerte en el país, representando 37.8 por ciento de las defunciones totales.