El Pontífice invita a colaborar a obispos y autoridades civiles, en un mensaje a la Conferencia organizada por el “Grupo Santa Marta” en Madrid Las autoridades eclesiásticas y civiles tienen que estar cerca de las víctimas y acompañarlas en su camino de dignidad y libertad, y así “lo deben sentir los muchos hermanos y hermanas que sufren la trata humana”; lo indicó el Papa Francisco en un mensaje enviado este viernes 30 de octubre a los participantes de la Conferencia sobre la trata de seres humanos organizada por el “Grupo Santa Marta” que se realiza en el monasterio de San Lorenzo de El Escorial, comunidad de Madrid (España) del 30 al 31 de octubre.
En su mensaje, exhortó a la colaboración “entre los obispos y las autoridades civiles, cada uno según su propia misión y naturaleza con el fin de ir descubriendo las mejores prácticas para la realización de esta delicada tarea, es un paso decisivo para asegurarse de que la voluntad de los gobiernos llegue a las víctimas de un modo directo e inmediato, constante, eficaz y concreto”.
Una tarea vital para “liberar las víctimas de las nuevas esclavitudes, rehabilitar las y los cautivos y excluidos, desenmascarar a los traficantes y a los creadores del mercado, y rendir una asistencia eficaz a las ciudades y naciones; un servicio para el bien común y la promoción de la dignidad humana, que sepa actuar lo mejor de cada persona y de cada ciudadano”.
En el mensaje dirigido a su “Majestad, los Señores Obispos”, y las autoridades civiles y los participantes en general, manifestó gratitud al grupo de Santa Marta por su compromiso a favor de la “erradicación de las nuevas esclavitudes” y afirmó: “Debemos cuidar que nuestras instituciones sean realmente efectivas en la lucha contra todos estos flagelos”.
“Hoy los 193 estados que adhieren a la ONU tienen un nuevo imperativo moral para combatir la trata de personas, verdadero crimen contra la humanidad”, remarcó. Entretanto, aseguró todo su apoyo y oración, así como “las oraciones de los fieles de la Iglesia católica”.
La Iglesia y los alcaldes del mundo juntos para ayudar las víctimas
De hecho, esta cita se añade a otras novedades institucionales, como el encuentro de alcaldes en la Ciudad del Vaticano el 21 de julio ante la presencia del Papa y la firma de “una declaración por la que se comprometen” los alcaldes a erradicar “las nuevas esclavitudes que condenan como un crimen contra la humanidad”, recordó.
Además, mencionó la reciente aprobación de la Agenda 2030, “con los nuevos objetivos del desarrollo sostenible de la Organización de las Naciones Unidas, cuyo objetivo recita: “Adoptar medidas inmediatas y eficaces para erradicar el trabajo forzoso, poner fin a las formas modernas de esclavitud y la trata de seres humanos y asegurar la prohibición y eliminación de las peores formas de trabajo infantil, incluidos el reclutamiento y la utilización de niños soldados, y, a más tardar en 2025, poner fin al trabajo infantil en todas sus formas”, constató.
Discurso del Papa a las Naciones Unidas
En este contexto, el Papa recordó su discurso de septiembre en la ONU en Nueva York cuando declaró que “el mundo reclama de todos los gobernantes una voluntad efectiva, práctica, constante, de pasos concretos y medidas inmediatas, para preservar y mejorar el ambiente natural y vencer cuanto antes el fenómeno de la exclusión social y económica, con sus tristes consecuencias de trata de seres humanos, comercio de órganos y tejidos humanos, explotación sexual de niños y niñas, trabajo esclavo, incluyendo la prostitución, tráfico de drogas y de armas, terrorismo y crimen internacional organizado”.