Un iconógrafo ortodoxo serbio cuenta su inspiración a partir de una ejecución del ISIS y su esperanza en el arrepentimiento de los asesinosA las pocas semanas de que los 21 cristianos coptos decapitados por el Estado Islámico en Libia fueran asesinados, la Iglesia ortodoxa copta los declaró santos mártires.
Las imágenes de su decapitación en la costa mediterránea del norte de África sacudieron al mundo, e impresionaron profundamente a un iconógrafo ortodoxo serbio que vive en Alemania.
El icono que pintó ha sido subastado para que los beneficios puedan ayudar a las familias de las 21 víctimas.
Nikola Sarić espera también que al ver el icono, titulado Santos mártires de Libia, la gente rece por la conversión de los terroristas.
Sarić nació en 1985 en Bajina Bašta, en Serbia. Estudió en la Academia de la Iglesia ortodoxa serbia para las Artes y la Conservación.
Desde 2011 vive y trabaja en la ciudad alemana de Hannover. Habló con Aleteia por Skype.
¿Cómo le vino la idea de realizar un icono sobre estos mártires?
Vi las fotografías y leí la historia en internet, y obviamente, como a muchas otras personas, me impresionaron. Al pensar en ellos la idea me vino espontáneamente.
Pienso que fue también debido al respeto y al amor hacia ellos. Fue una cuestión personal. Pensé y desarrollé la idea, como cualquier otra en mi trabajo. Pienso algo y con el tiempo se construye sola.
¿Puede decirnos algo más sobre usted y su trabajo?
Soy de Serbia y tengo mi estudio aquí en Hannover.
Pinto principalmente motivos religiosos. Estudié iconografía en Belgrado, en la Academia de Artes Eclesiales.
Los temas religiosos me interesan. Muchos aspectos me interpelan a nivel personal, como persona que ve estas historias en su vida cotidiana y saca conclusiones. Son universales y me inspiran, y las interpreto.
Espero que a través de mis obras alguien se sienta atraído por estas historias y haga su propia interpretación.
¿Qué quiere decir con que es una persona que ve estas historias en su vida cotidiana?
Nos tropezamos con estas historias en la liturgia o por la fe, y pienso en ellas. Son historias sobre nosotros, sobre la gente, sobre el mundo, sobre lo que es bueno y malo, sobre Dios y su relación entre Dios, el hombre y los pueblos. Son universales y sin tiempo.
¿Puede decirnos algo de lo que ha pensado y ha sentido mientras realizaba este icono de los 21 mártires?
La historia y las imágenes me llegaron al corazón, son impactantes. Es algo que conocemos de la historia de los mártires. Estar frente a Dios y frente a Cristo y estar orgullosos, permaneciendo en ese amor, es el ejemplo más poderoso.
Este tipo de historias me impresionan de manera muy personal, y significan mucho para mí como cristiano. He desarrollado un amor hacia ellos, y de ahí ha surgido la idea, pero es muy difícil analizar cómo llegué hasta ella.
Es un poco mi estilo, desarrollado a lo largo de muchos años de estudio y que está aún en fase de desarrollo. El lenguaje visual es muy similar al resto de mis obras. Se construye por sí solo.
En el icono usted incluyó a los agresores. Obviamente forman parte de la historia, pero ¿pensó en excluirlos en algún momento?
Incluir a los agresores, a esos terroristas, homicidas, es algo que no es nuevo en la narración visual, sobretodo en la iconografía, incluidos lo que matan mártires. Por otro lado, es también una manera de documentar lo que sucedió: estas personas mataron a estas personas.
Es documentar la historia de cómo pasó… Podemos imaginarla sin ellos, pero tendría un sentido completamente distinto, un punto de vista diferente. Están ahí, y esto narra la historia del horror, el asesinato de alguien.
Pero es también la historia de vida y la historia de comunicación y relación entre Cristo y los mártires, por lo que pienso que es positivo que estén ambos aspectos de la historia.
¿Espera que las personas que miren el icono y recen con él puedan orar por la conversión de los agresores?
Pienso que sería lo correcto, orar por todos. Oramos por nuestros enemigos y por quien nos hace daño. Estamos invitados a orar siempre. Me quedaría contento si eso pasara, si uno de los agresores cambiara su punto de vista y se arrepintiera por lo que ha hecho.