Básicamente son 3 las fuentes de recursosLa Iglesia posee unos recursos que destina al cumplimiento de sus fines establecidos canónicamente y reconocidos por la autoridad civil. Básicamente son 3 las fuentes de recursos de la Iglesia:
1. Los fondos procedentes del patrimonio de la propia Iglesia. Esta fuente está sometida a un control fiscal y contable equivalente al de cualquier otra entidad civil.
2. Las aportaciones directas de los fieles, ya sean para financiar las actividades generales de la Iglesia, ya sean para cubrir un fin específico.
3. Las cantidades percibidas de las Administraciones Públicas, ya sea de manera periódica o extraordinaria.
Esta forma extraordinaria son las subvenciones, pero todas con vistas al cumplimiento de los objetivos de interés general (beneficencia, cultura y educación) en concurrencia con todos los demás agentes económicos que también las perciben en condición de igualdad (por ejemplo, la Cruz Roja, el ejército, los servicios públicos, fundaciones, embajadas,…).
Los acuerdos económicos establecidos en los concordatos, además de reconocer el compromiso de la Iglesia de autofinanciarse y el compromiso del Estado de proporcionar sus recursos humanos y materiales, también acuerdan las líneas generales de tributación de la Iglesia.