En las redes sociales está literalmete arrasandoChat no es un héroe de nuestros noticieros. No tiene armas, no es un soldado, no es un político (aún si su gesto tiene un fuerte contenido ciudadano), no maneja aviones de combate contra “los malos”, ni siquiera un hombre robusto y sano, es más, ahora un poco maltrecho después de lo que hizo. Chat no es el héroe de una misión especial y no tenía que eliminar a ningún terrorista: sólo estaba volviendo a casa de su segundo trabajo que es la pesca. La primera ocupación es en el mercado, pero no llegando a fin de semana con lo que gana, debe redondear el sueldo con la pequeña pesca.
Chat no podía pagar la boleta de la luz de su humilde casa simplemente porque no tiene medidor. Por eso un vecino le prestaba electricidad con un cable a cambio de un pequeño pago mensual y esa era su gran preocupación, hasta la semana pasada.
Este hombre común, pobre, se convirtió en el héroe del momento: en las redes sociales está literalmete arrasando con el video que filmó su acción y que ya tiene más de un millón y medio de accesos. Hablo de Chat Ubonchinda, un simple pescador de Krabi, una pequeña ciudad al sur de Tailandia, que desde hace unos días se hizo famoso por un gesto totalmente gratuito, espontáneo y de gran valor humano que cumplió para salvar a dos personas, una pareja de noruegos. El video es por demás elocuente y merece dedicarle unos pocos minutos para verlo.
Desde lejos, desde un puente, un joven, filmó toda la escena, realmente emocionante y sin que el pescador lo supiera subió el video a una de las redes más famosas. Mientras tanto Chat saludó a la pareja en Thai (ellos sólo comprendían inglés) y se apuró a volver a su barquito y seguir su camino…
El video comenzó a tomar popularidad por el gesto del pescador: al principio nadie sabía siquiera el nombre de Chat. Pero enseguida los medios se interesaron por el caso y llegaron al autor del gesto que vio llegar a su casa a la pareja de extranjeros y hombres del gobierno para preguntarle qué podían hacer para recompensarlo. Su respuesta fue que no quería nada y que cualquier persona en su lugar hubiese hecho lo mismo.
De allí en más llueven los reconocimientos. El primer ministro en persona, Payut Chan-ocha fue a visitar a Chat. En el aeropuerto de Krabi hay ahora una gran foto para agradecerle el gesto cumplido para salvar a dos noruegos, en una nación que tuvo que soportar crímenes contra extranjeros.
Mientras tanto Chat tiene un solo deseo: que toda esta publicidad termine lo más pronto posible para que pueda volver a sus dos trabajos, a la vida normal… y que finalmente le instalen el medidor de luz. Uno cualquiera, con una instrucción mínima, un hombre realmente común, que le enseña al mundo entero que el amor es gratuito, y que si hay necesidad de dejarse pisar la espalda para salvar la vida del prójimo, en buena hora sea.
Artículo originalmente publicado por Ciudad Nueva