Las tres objetivos del Papa Francisco en la ONU: Cambio climático, pobreza y dignidad humanaEl Papa Francisco visitó esta tarde el cuartel general de las Naciones Unidas en Kenia. Durante su visita quiso llevar un mensaje con tres ideas claves: el alivio del impacto del cambio climático, la lucha contra la pobreza y el respeto de la dignidad humana. En su intervención también quiso ponerse en el lugar de todos aquellos que son descartados y denunció algunos de los problemas de África: el comercio que daña el medio ambiente, la falta de cooperación sanitaria y los tráficos ilegales.
Comenzó su intervención agradeciendo la invitación y mostrando el porqué aceptó el plantar un árbol en el parque del Centro de las Naciones Unidas. Papa Francisco interpretó este gesto como “una invitación a seguir luchando contra fenómenos como la deforestación y la desertificación” y para seguir confiando en que está en nuestras manos el “revertir todas las situaciones de injusticia y deterioro que hoy padecemos”.
Gran parte de su discurso, aunque fue realizado en Africa, en Kenia, estuvo dirigido a aquellos que se reúnen en París para el próximo encuentro sobre el cambio climático: “Sería triste y me atrevo a decir, hasta catastrófico, que los intereses particulares prevalezcan sobre el bien común y lleven a manipular la información para proteger sus proyectos”, afirmó.
Papa Francisco pidió un nuevo sistema energético, que “dependa al mínimo de los combustibles fósiles, busque la eficiencia energética y se estructure con el uso de energía con bajo o nulo contenido de carbono. Estamos ante el gran compromiso político y económico de replantear y corregir las disfunciones y distorsiones del actual modelo de desarrollo”.
Para que todo esto se produza es necesario un diálogo sincero y abierto: “No se trata de una utopía fantástica, por el contrario, una perspectiva realista que pone la persona y su dignidad como punto de partida y hacia donde todo tiene que fluir”. Para ello pidió un compromiso en la educación y la formación.
“Son muchos los rostros, las historias, las consecuencias evidentes en miles de personas que la cultura del degrado y del descarte ha llevado a sacrificar bajo los ídolos de las ganancias y del consumo”, destacó el Papa que pidió no resignarnos “ante las formas extremas y escandalosas de “descarte” y de exclusión social”. “Son muchas vidas, son muchas historias, son muchos sueños que naufragan en nuestro presente. No podemos permanecer indiferentes ante esto. No tenemos derecho”, explicó.
De igual manera, el Papa quiso referirse a la próxima celebración de la Conferencia Ministerial de la Organización Mundial del Comercio que tendrá lugar allí, en Nairobi.: “Las relaciones comerciales entre los Estados, parte indispensable de las relaciones entre los pueblos, pueden servir tanto para dañar el ambiente como para recuperarlo y asegurarlo para las generaciones futuras”.
Fue en este punto donde el papa se centró en dos grandes preocupaciones en África: la cooperación al desarrollo y la asistencia sanitaria: “Los Tratados de libre comercio regionales sobre la protección de la propiedad intelectual, en particular en materia farmacéutica y de biotecnología, (…) deberían ser un instrumento para asegurar un mínimo de atención sanitaria y de acceso a los remedios básicos para todos”.
“Algunos temas sanitarios, como la eliminación de la malaria y la tuberculosis, la cura de las llamadas enfermedades «huérfanas» y los sectores de la medicina tropical desatendidos, reclaman una atención política primaria, por encima de cualquier otro interés comercial o político.”, destacó el Papa Francisco.
El tráfico ilegal de de diamantes y piedras preciosas, de metales raros o de alto valor estratégico, de maderas y material biológico, y de productos animales, como el caso del tráfico de marfil y la consecuente matanza de elefantes, también fue citado por el Pontífice que denunció que “alimenta la inestabilidad política, el crimen organizado y el terrorismo”.
Finalizó su intervención pidiendo que los acuerdos africanos de comercio, cooperación y desarrollo “sean vividos con vigor y teniendo siempre en cuenta el bien común de los hijos de esta tierra”.