Aumenta la unión entre dos ciudades fronterizas por el anuncio de la visita del PapaLa sola noticia de que el 17 de febrero del próximo año, de camino de regreso a Roma, el Papa Francisco estará en Ciudad Juárez, en el Estado mexicano de Chihuahua, población fronteriza con El Paso (Texas), ha propiciado un estrecho acercamiento entre las diócesis que comparten una de las problemáticas más intensas del fenómeno migratorio en el continente americano.
El obispo de Ciudad Juárez, monseñor José Guadalupe Torres Campos ha invitado al obispo de El Paso, monseñor Mark Joseph Seltz, a ser parte de la comitiva que reciba al Pontífice en el aeropuerto internacional de Ciudad Juárez y a participar en la celebración de la Misa que habrá de llevarse a cabo en el campo de la feria de la ciudad mexicana.
Monseñor Seltz ha declarado que este es un testimonio de unidad de dos diócesis que han trabajado juntas en la solución del problema de las familias de los migrantes –mexicanos y centroamericanos, principalmente– así como en el establecimiento de leyes migratorias y acogida más humana a quienes cruzan una de las fronteras más peligrosas de los tres mil kilómetros que comparten México y Estados Unidos.
“Aunque el Papa no va a cruzar la frontera (cosa que tuvo pensada cuando iba a entrar a Estados Unidos, después de ir a Cuba) sentimos a El Paso como parte de su visita, porque (somos) una gran comunidad”, dijo el obispo Seltz, quien se ha caracterizado por empujar una reforma migratoria comprehensiva en Estados Unidos.
Varias han sido las misas celebradas en el muro fronterizo entre ambas diócesis, en clara promoción de los derechos de los pueblos a no vivir separados por muros y a acoger a los migrantes en su deseo de un mejor futuro para sus familias.
De hecho –como preparación a la Navidad, tiempo en el que en México se celebran las “posadas” (representaciones de la petición de posada de María y José en Belén)– se ha celebrado una “posada” en la que participaron los obispos Torres Campos y Seltz, así como los cónsules de México en El Paso y de Estados Unidos en Ciudad Juárez.
La celebración se llevó a cabo en el Puente Internacional Santa Fe que une a ambas ciudades, lo que aumentó el significado de unión de los pueblos, justamente cuando arrecian en la frontera con Estados Unidos, las revisiones y el patrullaje de fuerzas militares para evitar la entrada de terroristas al país del norte.
Fue “un momento mágico” ha dicho monseñor Seltz, quien agregó que “este es el tiempo del año más apropiado para hablar de la unidad, cuando se acerca la celebración del nacimiento de Dios, para hablar no de las fronteras que nos dividen, sino las (acciones) que nos unen, ya que aunque exista una valla que nos separa, estamos unidos de muy diversas formas”.