La archidiócesis de Valencia propone a la beata Juana Condesa, que protegió y ayudó a las obreras del sector textil más desamparadas
La beata Juana María Condesa Lluch (Valencia, 1862 – 1916), de cuyo fallecimiento se cumplirá el próximo 16 de enero el primer centenario, ha sido propuesta por la congregación que fundó, las Esclavas de María Inmaculada, para ser reconocida como “santa patrona de la seda”, en referencia al sector laboral a cuyas trabajadoras más desamparadas protegió y ayudó́.
Desde el arzobispado de Valencia se informa de cómo la propuesta de este patronazgo ha partido de la superiora general de las Esclavas de María Inmaculada, a través de su superiora general, María Mato.
Acogida de obreras
Juana María Condesa Lluch nació en Valencia en 1862 y desde que, con 18 años, vio a mujeres obreras sin recursos saliendo de industrias en condiciones inhumanas, la mayoría trabajadoras de la seda, entendió que “su misión era acoger en un hogar lo que otros dejaban en la calle”.
Tras superar numerosas dificultades abrió una casa de acogida para mujeres obreras “en la que ofrecer condiciones dignas para poder vivir, así como formación humana y cristiana y una escuela para los hijos de las obreras”.
Con este carisma fundó en 1884 la congregación de las Esclavas de María Inmaculada e Hijas de Santa Teresa, conocidas entonces como “protectoras de las obreras”. Juana María Condesa falleció el 16 de enero de 1916 y sus restos mortales reposan en la Casa Generalicia en Valencia. Fue beatificada por san Juan Pablo II en 2003.
En la actualidad, la congregación está presente en ocho ciudades en España y en otros cinco países: Italia, Chile, Panamá, Perú y Colombia.