Celebrar la Misa en una playa de Chile es posible gracias a una idea que ya es tradición para turistas locales y extranjeros
Gracias a una iniciativa de la parroquia Nuestra Señora de Lourdes de la Serena (Chile), los veraneantes y los fieles que no tienen una iglesia cercana tienen la oportunidad de participar de la Misa en un lugar quizás un poco particular: la playa.
Esta idea, en conjunto con la Municipalidad de la Serena que se lleva a cabo todos los domingos del verano hace 14 años, tiene como fin “acercar la Santa Misa a los fieles que visitan o habiten en la zona y que acostumbran a pasear por el sector costero, como una manera de adecuarse a la realidad de una ciudad turística”, según informa en su sitio web el arzobispado de la Serena.
“Me parece que es una idea muy buena, asistir a la Misa junto a un paisaje maravilloso que nos regala el Señor y, además, cerca del lugar donde nos estamos quedando, es una bendición. En mi parroquia soy Ministro Extraordinario de la Comunión y es muy importante en mi vida, incluida las vacaciones, participar en la Santa Misa”, destacó un turista que participa del oficio religioso.
Por su parte, el padre Juan Rivera, vicario parroquial de “Ntra. Sra. de Lourdes”, expresó que se trata de una “buena instancia de reunirse para agradecer al Señor, la cual ha sido bastante valorada por las personas que visitan nuestra ciudad”.
“Es gratificante ver la fidelidad de las personas, quienes aun en tiempo de vacaciones buscan el encuentro con Dios”, agregó.
“La Barca” es el nombre de la playa donde se celebra esta ya tradicional “Misa al aire libre”.
“Esta iniciativa surgió pensando en cómo la Iglesia podía responder al desafío de encontrarnos en una ciudad turística y poder celebrar la Misa que está muy presente en muchas familias. Así concretamos una alianza entre la Municipalidad y la parroquia Lourdes, lo cual continua hasta hoy con mucho éxito porque la gente agradece este espacio que, además, es junto al mar”, destacó Gloria González, delegada municipal en el sitio web de la Municipalidad de la Serena.
Las playas y lo religioso
En algunos países de América Latina las playas y la religiosidad popular muchas veces van de la mano y no necesariamente con un componente netamente cristiano. Por ejemplo, cada 2 de febrero se celebra en varios países americanos del Atlántico Sur la fiesta de Iemanjá.
Se trata de una mezcla de creencias que fue trasladada al continente americano en el período del tráfico de esclavos junto con el resto de sus religiones y costumbres.
Durante ese días quienes practican cultos como el Africanismo, el Candomblé y la Umbanda (incluida la Quimbanda) van hacia el mar llevando barcas con ofrendas.
En el caso de Uruguay, por otra parte, desde hace años cada 8 de diciembre, Día de la Inmaculada Concepción de María, se celebra el “Día de las Playas“, una costumbre instaurada gracias al proceso de secularización que vivió el país durante el siglo XX.
A nivel de Iglesia local era común, ya que ahora cayó un poco en desuso, durante ese día que un sacerdote se dedicara a bendecir las playas como manera de inaugurar la temporada de verano.
¿La misa en una playa?
Si bien no es habitual y lo más apropiado es que sea en una iglesia, en el caso de la misa en la localidad de la Serena se tomó la decisión con motivos fundados, entre ellos presencia de turistas y lejanía con el templo para muchos.
De todos modos, el Catecismo de la Iglesia católica deja entrever que no hay contradicción con esta forma de celebración de la Eucaristía, tal cual queda de manifiesto en el numeral 1179.
“El culto `en espíritu y en verdad´ (Jn 4,24) de la Nueva Alianza no está ligado a un lugar exclusivo. Toda la tierra es santa y ha sido confiada a los hijos de los hombres. Cuando los fieles se reúnen en un mismo lugar, lo fundamental es que ellos son las “piedras vivas”, reunidas para “la edificación de un edificio espiritual” (1 P 2,4-5). El Cuerpo de Cristo resucitado es el templo espiritual de donde brota la fuente de agua viva. Incorporados a Cristo por el Espíritu Santo, “somos el templo de Dios vivo” (2 Co 6,16)”.
Francisco con los pies en la arena
El 28 de junio de 2013 el Papa Francisco clausuró la XXVIII Jornada Mundial de la Juventud con una multitudinaria misa (acudieron tres millones de personas) en la playa de Copacabana, Río de Janeiro (Brasil).
Concelebraron con el Papa 60 cardenales, 1500 obispos y 11.000 sacerdotes. Según cálculos oficiales, unos tres millones de jóvenes de todo el mundo participaron es día de la Misa en la playa.
En esa oportunidad, el Papa le pidió a los jóvenes católicos que no tengan miedo y que intenten difundir el Evangelio “ya que el mundo tiene necesidad de Cristo”.