Le tocó presenciar un atropello, y en vez de alejarse, se acercó a las víctimas y logró salvar a un bebéAllá en el 2001, cuando los bomberos se consagraban como los grandes héroes mundiales en la tragedia del 11 de septiembre, nacía el argentino Juan Cruz Americe. Pero él no necesitó ver esas imágenes para ilusionarse con ser un héroe como ellos. Tampoco ningún dibujo animado o película de cine. Sueña con ser bombero voluntario como su papá, y tuvo a los 15 años su exitosa prueba de fuego.
Mientras otro adolescente escapaba de un robo con un coche, y atropellaba a una madre que cargaba con su hijo de siete meses en brazos, Juan Cruz caminaba hacia la panadería con su primo y un amigo.
Le tocó presenciar la casi tragedia, y en vez de alejarse, se acercó a las víctimas, tomó a la pequeña en brazos, y aunque pensó que estaba muerta, hizo eso para lo que nació.
La escena transcurrió el martes pasado en Loma Hermosa, Gran Buenos Aires, y así la describió el diario argentino La Nación: “Se quitó la remera, la dobló, y en ella tomó a la beba. (…) Se paró en medio de la avenida Márquez intentando frenar un auto que lo auxiliara, pero con impotencia notaba que todos seguían de largo. Finalmente, un patrullero los llevó hasta el hospital Eva Perón. En el camino, Juan le realizó las maniobra de resucitación cardiopulmonar (RCP) que había aprendido en el cuartel”.
Mientras le practicaba las maniobras, tras unos tres minutos, la niña comenzó a llorar. Juan Cruz salvó a la niña, Mía. Como cuenta en tantísimos medios de comunicación, nació entre las familias una nueva amistad.
La visita seguido, ya que vive a 300 metros de su casa. “Lo único que me importa es que la beba está bien”, suele decir el joven de 15 años, nuevo héroe del barrio y de la familia Mía. Como recompensa, ya le anunciaron que quieren que sea su padrino.
El raid mediático contando su historia también le da otras recompensas. Fanático de Racing Club, desde el club de fútbol de Avellaneda ya le prometieron que le presentarían a su ídolo Diego Milito, le regalarían una camiseta firmada por los jugadores, y lo llevarían a ver el encuentro que desee con su familia.
Espontáneamente, cuando le comunicaron esto ante la cadena C5N, se tomó con sorpresa la cabeza, se le dibujó una inmensa sonrisa en el rostro, y atinó a decir un: “Dale, gracias”. Sus gestos confirmaron que, pese a su madura acción, este héroe no tiene más de 15 años.
Del otro lado de la historia, el joven de 17 que causó el accidente con otros dos de 19, está preso. Al detenerlos, la policía advirtió que habían robado el automóvil Aveo en el que se movilizaban con un arma de juguete.