Habla Manuel Alejandro Morales Montoya, el joven que dirigirá unas palabras a Francisco en el encuentro con las familias en Tuxtla GutiérrezTímido, con una sonrisa que a la menor provocación asoma por su rostro, avanza en su silla de ruedas para darme la bienvenida. Con dificultad extiende la mano para saludarme. Su voz delata que se trata de un adolescente aunque parece más pequeño. Así es Manuel, el joven que tiene el privilegio de expresarle algunas palabras al papa Francisco en el encuentro que el pontífice sostendrá con las familias en Tuxtla Gutiérrez, Chiapas, el 15 de febrero.
“Me siento alegre, con entusiasmo, motivado para hablar con el Papa”, dice Manuel Alejandro Morales Montoya, hijo de María de Jesús y Joaquín.
El joven, que padece una enfermedad que lo ha confinado a una silla de ruedas, es miembro de la pastoral de adolescentes de la parroquia de la Inmaculada Concepción, de la capital chiapaneca.
“Le contaré al Papa cómo inició mi fe y cómo ha sido mi proceso de evangelización. También cómo es que comenzó mi discapacidad y como mi fe me ha ayudado a salir adelante”, comenta, queriendo guardar lo sustancial de su mensaje para el día en que esté delante del Papa.
El joven se siente feliz de pertenecer a un grupo de adolescentes y poder ayudar a otros a vivir una experiencia de fe: “mi labor es ayudar a que otros chavos se animen a participar en nuestro grupo. Realizamos retiros, Pascuas, campamentos…“, expresa con satisfacción.
Una familia “no-perfecta”, bendecida por Dios
Su padre, Joaquín Morales, que recientemente ha recibido el ministerio laical instituido de lector y se prepara para ser ordenado diácono permanente en un futuro, comenta que “Dios tiene los medios para hacernos llegar a él”.
Y le da gracias al Señor porque “habiendo muchas familias se haya fijado en una familia no perfecta” para hacerle este regalo de poder conocer al Papa y que su hijo Manuel pueda dirigirle unas palabras en nombre de los hijos de las familias mexicanas.
Por su parte, María de Jesús Montoya Sarmiento, mamá de Manuel, expresa que tener un hijo con discapacidad no es una carga, que, al contrario, ha significado una gran bendición, aunque sí han tenido que hacer mucho sacrificio para “sacarlo adelante”.
Y pide a las madres de hijos como Manuel, que los valoren, “que no los vean como un estorbo”. “Les pido a las mamás que los amen y los valoren”.
“Dios sabe por qué me eligió”
“El día que recibimos la noticia íbamos a misa y nos encontramos a monseñor Fabio (Martínez Castilla, arzobispo de Tuxtla Gutiérrez), y nos dijo que nos tenía una buena noticia para todos nosotros. Ahí me explicó que quería que yo pasara a expresarle unas palabras al papa Francisco ahora que viene a Tuxtla, al encuentro con las familias”.
“No esperaba esa noticia: cuando nos lo dijo nos alegramos mucho, y nos pusimos a llorar, no lo creíamos”, recuerda.
Desde ese día Manuel se puso a escribir las palabras que quiere decirle al Papa. “Nadie me ha hecho el mensaje, me dijeron que yo lo escribiera, y ya lo tengo. Todos los días repaso lo que le voy a decir. Ahora no estoy nervioso ni tengo miedo; me siento alegre y motivado. Espero con ansias que llegue ese día”.
El joven señala que el apoyo y motivación de sus padres ha sido determinante para “salir adelante”, y ahora lo animan para este encuentro que tendrá con el Papa.
También se ha sentido muy apoyado por sus compañeros de escuela que le desean suerte y le piden que lleve sus saludos al Santo Padre.
Comenta que se prepara todos los días leyendo y rezando. “Yo no sé, pero Dios sabe por qué me eligió”, termina diciendo con una sonrisa y con el brillo de su fe en los ojos.