Un mes antes de la ostensión de la túnica sagrada, los organizadores ultiman detalles de un acontecimiento que sólo sucede -según la tradición- dos veces por sigloLa Túnica de Argenteuil es la que habría llevado puesta Cristo el día de su Pasión. Por lo general, se presenta al público dos veces por siglo. Con motivo del Año de la Misericordia decretado por el papa Francisco, Mons. Stanislas Lalanne, obispo de Pontoise y “Guardián de la Santa Túnica”, declaró una ostentación excepcional de la prenda, del 25 de marzo al 10 de abril de este año. La última muestra se remonta a 1984 y la siguiente no debía tener lugar antes de 2034.
“Era incapaz de hablar”
El cura y rector de la basílica, el padre Guy-Emmanuel Cariot, aún recuerda la emoción que sintió la primera vez que la preciosa prenda fue extraída del relicario en su presencia, para realizar ciertos análisis científicos. Aunque el sacerdote pasaba delante de ella todos los días, no podía verla directamente. En presencia de los científicos, el padre había previsto decir una oración y citar unas palabras de San Juan, pero la emoción le embargó: “No soy una persona emotiva”, asegura, “pero cuando llegó el momento de citar el Evangelio: ‘Se repartieron entre sí mi ropa, y echaron a suertes mi túnica’, se me entrecortó la voz, era como si fuera incapaz de hablar”.
Remendando la Túnica de Cristo
La emoción podría ser un peligro para una mujer discreta, Claire Beugnot, especialista en telas antiguas: ella es la responsable de remendar la Túnica de Argenteuil. En efecto, la túnica se cortó en pedazos poco después de la Revolución y se ocultó cada uno de sus fragmentos con el fin de evitar que fueran destruidos. Fue reconstruida en el siglo XIX sobre una tela de soporte, pero el satén moderno ha sufrido más los estragos del tiempo que la lana de la túnica original.
En lugar de satén color crema, las piezas de la antigua túnica se fijaron sobre lana púrpura, más parecida al color de la reliquia. “Paradójicamente”, afirma la señora Beugnot, “esta proximidad de los colores hace resaltar los detalles de la reliquia, puesto que el satén más claro tenía tendencia a desaparecer”. Para esta mujer, que trabaja con la túnica que tal vez usara Cristo, la serenidad y la paciencia son elementos muy necesarios en su labor. Fueron necesarios nueve días sólo para retirar los puntos que unían el trozo de la Santa Túnica con el satén, sumado a que Beugnot debía terminar su trabajo a tiempo ¡y sin perder una sola hebra!
La única reliquia que Cristo llevara en vida
Cuando se le preguntó al obispo de Pontoise sobre la falta de notoriedad de la Túnica en comparación con la Sábana Santa de Turín, Mons. Lalanne declara: “¡Pues eso va a cambiar!”. Tras recordar que la Túnica es un icono – es decir, una imagen evocadora– de Cristo, el obispo dice ver en ella “un signo para nosotros cristianos de que Dios se comprometió hasta el final”. En su opinión, la ostentación de 2016 no debe ser “simplemente un acontecimiento exitoso”, sino también “cargado de significado y dinamismo para enseñarnos a vivir mejor y en fraternidad, guiados por Cristo”.