Un héroe capturado durante años por una potencia enemiga que le transforma en un arma mortal
Entre marzo y mayo de 2010 el Canal 2 de Israel emitió la primera temporada de la serie “Prisioneros de guerra”, en la que se contaba el proceso de reinserción en la sociedad israelí de dos soldados que habían sido capturados 17 años atrás, permaneciendo durante todos ese tiempo en manos de sus captores en el Líbano, donde estaban participando en una misión secreta.
Junto con la segunda temporada, emitida entre octubre y diciembre de 2012 se presentaba al espectador la doble trama del regreso a sus vidas anteriores y la adaptación a una sociedad que les resulta ajena a los protagonistas junto con la sospecha creciente de que tantos años en manos del enemigo pueden haber convertido a los militares regresados (o a uno de ellos, al menos) en un agente al servicio del enemigo, “programado” para actuar desde dentro contra el propio estado de Israel.
La atractiva trama no tardó en ser adaptada por la siempre deseosa de nuevos conceptos industria estadounidense. En este caso la serie fue (esta yendo, porque continúa en emisión) bastante más allá al presentarnos en “Homeland” la historia de Nicholas Brody (Damien Lewis), un tirador de élite de los Marines que regresa a Estados Unidos tras haber permanecido como prisionero de Al Qaeda durante cinco años. A su llegada se asigna a la agente de la CIA Carrie Mathison (Claire Danes), una mujer con un trastorno bipolar, la misión de evaluar si Brody ha sido objeto de algún tipo de “lavado de cerebro” que pueda convertirle en una amenaza para la seguridad nacional.
El atractivo de la premisa original (muy superado en el caso de la serie estadounidense, que se ha alejado bastante de la trama inicial desde la tercera temporada) ha motivado que haya otro país interesado en disponer de su propia adaptación, ajustada a la idiosincrasia de su situación política interna y externa.
Se trata de India, donde bajo la dirección del “Bollywoodiense” Nikkhil Advani el canal Star Plus va a adaptar la trama, probablemente haciendo que su “Brody” local haya permanecido cautivo durante varios años en manos de Pakistán, tradicional rival del país y nación con la que ocasionalmente tiene lugar alguna escalada de tensión capaz de amenazar incluso con una conflagración atómica dado que ambos países son potencias nucleares.
Desde luego parece un escenario harto interesante para volver a contar una historia que ha entusiasmado, además de en las mencionadas Israel, Estados Unidos e India a más de una veintena de países, que como Corea del Sur, México, Rusia o Turquía han quedado cautivados por esa amenaza interior que procede de un compatriota a quien largos años de duro cautiverio han conseguido transformar en enemigo, un enemigo que pasa desapercibido precisamente por el contraste que supone convertirle a su regreso en un héroe.
Y es que como nadie espera nunca que un héroe se convierta en una amenaza, es precisamente esa traición la que permitirá esconder a la vista de todo el mundo el arma que permitirá la agresión inesperada.
Lo que permite llegar a una reflexión quizá desasosegante es que vayamos ya a acercarnos a una treintena de países capaces de albergar de forma natural ese argumento del héroe capturado durante años por una potencia enemiga que le transforma en un arma que atacará desde dentro… y que en todos los casos la serie resulte verosímil.