La orilla de un precipicio, una cueva bajo tierra o la superficie de un lago son también lugares ideales para la liturgia
Para muchos, visitar un templo es cuestión de caminar un par de cuadras, cruzar una plaza o cubrir un breve trayecto en bus. Allí, sobre la acera, o al fin de una escalinata, se yergue la iglesia parroquial, la basílica, la catedral.
Sin embargo, otros templos requieren, para ser visitados, un esfuerzo extra por parte del devoto o el visitante, sea por las razones que fuere. Aquí te presentamos cuatro templos construidos en lugares absolutamente insólitos que, seguramente, vas a querer conocer.
1Santuario de Las Lajas (Nariño, Colombia)
Este templo, construido durante la primera mitad del siglo XX en estilo neogótico, se levanta hoy donde años atrás no había sino una pequeña capilla del siglo XVIII. Está construida en el lugar en el que, de acuerdo a la tradición, una niña sordomuda recuperó el habla gracias a un milagro de Nuestra Señora del Rosario: exactamente sobre el cañón por el que pasa el río Guáitara, a diez kilómetros de la frontera con Ecuador.
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2Iglesia Católica de Chong Kneas (Chong Kneas, Camboya)
Si durante tu próxima visita al lago Tonle Sap, el lago de agua dulce más grande de todo el sureste asiático, en Camboya, el Espíritu te llama a un momento de oración, no te preocupes: el pueblo flotante sobre el lago cuenta con su propia iglesia católica.
3Abadía de Santa María de Montserrat (Barcelona, España)
Durante los años de la dictadura franquista, fue refugio de académicos, políticos, artistas y estudiantes perseguidos. En ella, una de las imprentas más antiguas del mundo aún sigue funcionando. En la basílica del conjunto, hay piezas de Dalí, Picasso y El Greco. Y puedes acceder a ella en funicular, por carretera o en tren: la Abadía está en el punto más alto de todo el macizo de Montserrat.
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4Catedral de Sal de Zipaquirá (Zipaquirá, Colombia)
¿Una iglesia 200 metros bajo tierra, esculpida en los túneles de una antigua mina de sal? Sólo en Zipaquirá, en el departamento de Cundinamarca, en Colombia. Si bien no tiene obispo asignado -por lo cual no puede considerársele oficialmente como una catedral, de pleno derecho- sí es una iglesia en perfecto funcionamiento, en la que se congregan, los domingos, más de tres mil fieles. Está considerada una de las joyas de la arquitectura moderna colombiana.
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