Un drama sobre un matrimonio en crisis dirigido por Angelina Jolie que recuerda vagamente al cine italiano de los 60 y 70Angelina Jolie tiene dos caras. Por un lado está la estrella de Hollywood que se pone al frente de superproducciones de poco o ningún interés artístico y de diversos resultados en taquilla. Ahí están Wanted, Salt o Maléfica. Por otro lado, tenemos a la cineasta, una directora con inquietudes y mucho más preocupada por aportar algo al medio de lo que en un principio se podría haber pensado. Ahí están sus tres largometrajes (de ficción) como realizadora, En tierra de sangre y miel (2011), Invencible (2014) y la película que nos ocupa, By the Sea (2015).
La posición de Jolie en la industria es tan privilegiada que no tiene por qué preocuparse por si su película funciona o no en taquilla. Es una estrella, está en la cima de la popularidad, su sola presencia en una película la revitaliza y si además le acompaña su marido Brad Pitt, el tirón se multiplica.
Da igual que se trate de un drama de aromas a cine europeo sobre un matrimonio en crisis, que de haber sido protagonizado por dos desconocidos seguramente ni se habría estrenado. Habiéndose gastado diez millones de dólares en una película que en principio, no debería haber costado tanto, con los poco más de tres millones que lleva recaudados Jolie seguramente duerma tranquila. No le hacían falta ese dinero y su activismo humanitario en diferentes puntos del mundo hacen que no sienta ningún remordimiento.
Lo que sí puede que le esté incomodando más son las críticas que últimamente anda recibiendo. Partiendo de la base de que las dos anteriores cintas de Jolie siempre han sido tratadas con cierta benevolencia y sin hacer sangre en general, con By the Sea los críticos se están quitando las máscara y están poniendo el dedo en la llaga. Resumiendo mucho, Angelina Jolie quiere, pero no puede.
Para muchos ya será más que suficiente que una rutilante estrella como Angelina Jolie tenga aspiraciones como las del cine europeo de los años 60 y 70. Hay quien ha dicho que By the Sea aspiraba a parecerse al cine de Antonioni o Rossellini quedándose en un intento más agradecido que otra cosa. Para algunos ya será más que suficiente que Jolie haya puesto su vista en Antonioni o Rossellini, aunque se haya despistado por el camino.
El problema que tiene By the Sea es la propia Angelina Jolie, tan esbelta, guapa y sofisticada no resulta creíble como esposa atormentada por sus problemas para tener un hijo. Aun así, la película desprende un innegable interés fruto de ese aroma europeo combinado con multitud de detalles visuales que revelan a una directora interesante, aunque eso ya lo sabíamos. Es más que probable que un día Angelina Jolie, ahora Angelina Jolie Pitt, termine sorprendiendo a propios y extraños con una descomunal obra maestra. Sospecho que tiene las herramientas y sobre todo la inquietud. Eso sí, esa gran película no es By the Sea.