Falleció por cáncer Johan Cruyff, uno de los emblemas del fútbol Su nombre figura siempre entre el decálogo de los mejores del mundo. Indiscutido, como Maradona, Pelé, o Di Stefano, Johan Cruyff es el ícono de una histórica selección holandesa, la Naranja Mecánica, que obtuvo todo menos la Copa del Mundo.
Emblema del fútbol total, Cruyff falleció en Barcelona este 24 de marzo. Desde esa ciudad y a ella llueven reseñas que enarbolan su increíble legado al mundo del deporte. En casi todas, se recuerda que al Astro lo quedó ganar un Mundial, galardón que en nada le quita de la lista de los más grandes.
Se le escapó en 1974, una injusticia. Ese mundial Cruyff estaba imparable, como su selección. Lo recordaba otra leyenda del fútbol recientemente fallecida, Roberto Perfumo. El argentino, capitán de la albiceleste en el Mundial de Alemania, estaba impresionado con esa selección. “No sabías quién atacaba, quién defendía, sorprendía a todos”, recordaba al fútbol total holandés.
En ese Mundial también sufrió la humillante derrota por 4 a 0 Mario Alberto Kempes, luego campeón y figura en 1978. Del holandés dijo en una ocasión: “Es una suerte que he tenido a pesar de salir trasquilado, pero sabiendo que es lo que puede hacer un equipo cuando es completo. No hay muchos caciques. Hay muchos indios y un solo cacique, como lo fue Cruyff”.
¿Por qué Cruyff no buscó la revancha de ese mundial que en el 74 se les escapó por poco y viajó al Mundial de 1978? Mucho tiempo se especuló con que había sido en rechazo al régimen militar que gobernaba la Argentina en ese momento. Pasaron 36 años para que el holandés aclare la verdad.
A finales de 1977, estando en su casa de Barcelona con su mujer Danny y sus tres hijos, Cruyff sufrió un violento asalto. Se trataba de un intento de secuestro, del que escapó por poco. Pero por un período de tres meses el crack convivió con fuerzas policiales que lo custodiaban a él y a su familia. “Todo esto hace cambiar tu punto de vista sobre muchas cosas. Hay momentos en la vida en los que hay otros valores. Queríamos parar y ser un poco más sensatos. Era el momento de poner el fútbol a un costado. No podía jugar un Mundial después de eso”, declaró en 2010 a Catalunya Radio. Además, Cruyff ya estaba demasiado ofuscado con las largas concentraciones que lo alejaban de casa.
Holanda llegó a la final del Mundial de 1978, y en el Monumental de Nuñez volvió a ver como el justo reconocimiento de Campeón del Mundo se le escapaba por poco. Si el cacique Cruyff hubiese jugado quizá otra hubiese sido el desenlace.
La historia igual lo premiará como leyenda inmortal, por su despliegue, calidad, y entre otros legados, por su innegable contribución a la explosión de la Masía, la escuela de fútbol que más ha conmovido en los últimos 20 años los ojos de los amantes del “deporte más lindo del mundo”, como define al fútbol su rival en el 74 Kempes. No lo fueron en el 78. Johan puso por delante de cualquier sueño profesional a su familia.