Estado de emergencia en los siete centros penales donde se concentran los miembros de las pandillasEl presidente de El Salvador, Salvador Sánchez Cerén, anunció ayer por la noche -mediante cadena nacional de radio y televisión- una serie de medidas que implementará en los próximos días para tratar de enfrentar con la fuerza pública lo que se está convirtiendo en un problema de dimensiones extraordinarias en el país y en los países vecinos.
La ola de violencia que vive el país centroamericano ha producido cientos de desplazados internos y de refugiados que buscan,
desesperadamente, salir del infierno al que los tienen sometidos los grupos delincuenciales, sobre todo a los jóvenes.
Las razones de huir
Entre las medidas extraordinarias anunciadas por Sánchez Ceren sobresale el despliegue en todo el territorio nacional de la Fuerza Armada para combatir a los mareros (pandilleros que se unen en torno a maras) a quienes calificó, simplemente, de “salvajes”.
“He ordenado al ministro de defensa convocar y contratar a mil efectivos de la reserva experimentada del Ejército para funciones especiales”, anunció el mandatario, en un mensaje que habría sido esperado desde hace tiempo por la población de este país.
Muchos están huyendo a Estados Unidos, en busca de ser considerados como refugiados, aunque todavía en la Unión Americana se les ve como migrantes e ilegales.
Crímenes horrendos
En un mensaje que la prensa nacional ha calificado como “enérgico”, Sánchez Cerén condenó la violencia de las pandillas y manifestó que “las bandas criminales han cometido horrendos asesinatos que la sociedad no puede tolerar… han asesinado niños, niñas, estudiantes, religiosos, ancianos y hasta personas con discapacidad”, expresó.
Ante la barbarie con la que actúan las maras, el presidente anunció ponerle fin “con la fuerza de la justicia y con absoluta determinación”, al tiempo que se comprometió a respetar los derechos humanos, aunque enfatizó que por el grado de violencia el gobierno está “obligado a pasar a otro nivel”, dijo.
Medidas extraordinarias
Una de las primeras medidas que ya está en marcha, desde el pasado lunes, es la vigencia del estado de emergencia en los siete centros penales donde se concentran los miembros de las pandillas, y el traslado de 299 mandos medios de las maras, mediante los cuales se ordenan y ejecutan crímenes.
Agregó que también “en este momento hay en la Asamblea Legislativa una petición de 1.200 millones de dólares y para la cual esperamos que la oposición dé sus votos.
Recordemos que todos estos recursos son importantes para el efectivo accionar del Estado y para echar andar estas y otras medidas que nos ayuden a garantizar integralmente la seguridad a la población”.
No cede el gobierno
La semana pasada el secretario de comunicaciones de la presidencia, Eugenio Chicas, había dicho que el gobierno de Sánchez Cerén no iba a ceder.
Respondía así a la publicación de un video donde las tres principales pandillas (Mara salvatrucha, 18 Revolucionarios y Suereños) se comprometían a no seguir matando a cambio de que el gobierno no implantara las medidas extraordinarias para combatir el crimen.
“Este gobierno no dará tregua a la persecución de la criminalidad y aplicará las medidas necesarias para combatir y proteger a la población”, expresó Chicas. Cosa que el día de ayer se cumplió. Cuando menos en el discurso presidencial.