Testimonio de Paul Bhatti, hermano del ministro pakistaní asesinado por defender a los cristianos y las minorías en su paísLa ciudad de Lahore se convirtió en una morgue después del ataque terrorista del domingo de Pascua, cuando 72 personas fueron asesinadas y 350 heridas. Entre las víctimas, familias de la minoría cristiana que celebraban la resurrección de Jesucristo en un popular parque.
“Es nuestra fe que nos da fuerza […], es un anticuerpo contra la violencia”, dijo a Aleteia Paul Bhatti, presidente del All Pakistan Minorities Alliance (Apma), ex ministro para la armonía nacional y hermano de Shahbaz Bhatti, histórico político defensor de la minorías, asesinado por fundamentalistas el 2 de marzo de 2011.
La Universidad Pontificia Gregoriana (PUG) de Roma organizó una conferencia este martes 5 de abril sobre el tema: Asia. Tierra de Mártires, con el fondo la persecución, la discriminación y la violencia que sufren cerca de 100 millones de cristianos en el mundo cada día.
Bhatti compartió su testimonio de fe y compromiso social ante una platea que sigue una serie de lecciones públicas anuales sobre “la unidad entre cristianos en camino”, organizadas por el Centro Fe y Cultura “Alberto Hurtado” de la PUG.
En los últimos años, el gobierno pakistaní ha iniciado una serie de medidas políticas para aislar a los grupos extremistas y los partidos políticos derivados y que alimentan la sangría terrorista que vive Pakistán.
Bhatti está convencido de que se puede acabar con el fundamentalismo a favor de una nación multicultural, multiétnica y con una convivencia pacífica religiosa.
“Necesitamos: unidad, amor y perdón, que es lo que Jesucristo ofreció con su sacrificio”, explicó.
“Y queremos hacer entender a los demás que Jesucristo es Nuestro Señor, que dio su vida en defensa de los más débiles, nunca hizo violencia, sufrió la violencia, era contrario a la violencia”, insistió.
“Por eso, este es el ejemplo que queremos seguir dando. Es un ejemplo de amor, es un ejemplo que debe continuar. Pienso que este es el único método que puede eliminar el odio, la división y la violencia en el mundo”, sostuvo el también médico, prestado a la causa de la reconciliación de Pakistán.
La pequeña comunidad cristiana pakistaní enfrenta cotidianamente discriminación debido a la llamada Ley anti blasfemia, de la cual es víctima, entre otros, Asia Bibi, la mujer cristiana condenada a la pena de muerte, encarcelada desde hace más de cinco años, que soporta además problemas de salud y psíquicos.
Bhatti, cristiano, se opone a la pena de muerte, sin excluir el caso de Mumbaz Qadri, fundamentalista, condenado a la horca, el pasado 29 de febrero, y declarado ‘héroe’ por haber asesinado el gobernador ‘infiel’ Salman Taseer.
Los ‘secuaces del odio’ aplauden a Qadri por haber liquidado a Taseer, ‘culpable’ de solidarizarse y ayudar a Asia Bibi.
El atentado en Lahore podría estar relacionado con el caso Qadri. El domingo de Pascua, día del ataque, vencían los 30 días de la condena a muerte de Qadri.
En esa ocasión, 30 mil personas protestaron por la condena del asesino en las calles de Islamabad. Los manifestantes fueron detenidos por los militares antes de que invadieran la sede institucional del gobierno pakistaní.
Tras este hecho, un kamikaze detonó una bomba en el parque Gulshan Iqbal, en las cercanías de una zona de juegos infantiles de Lahore. Entre las víctimas, 18 mujeres y 17 niños, y centenares de heridos miembros de familias cristianas y musulmanas. “Estas víctimas fueron escogidas porque son adversarios fáciles”, contó Bhatti.
En este contexto, el All Pakistan Minorities Alliance (Apma), presidido por Bhatti, lidera la mesa de concertación para ayudar a la minoría cristiana (equivalente al 2% de la población) y extender el diálogo interreligioso, especialmente con los musulmanes, que son el 96%.
El atentado de Lahore es una herida aún abierta. “La intención es clara: se emplea la violencia para obligar el Gobierno a negociar con los fundamentalistas. Pero no lo lograrán”.
Las autoridades islámicas del país después del atentado han condenado la violencia homicida, posiblemente relacionada con al-Qaida.
A este propósito, el papa Francisco en República Centroafricana lanzó un mensaje de fraternidad y de diálogo con los musulmanes en el mundo para acabar con el terrorismo y la violencia que instrumentaliza a Dios, flagelo que igualmente cobra vidas tanto musulmanas como cristianas en Pakistán.
Por otro lado, los católicos pakistaníes esperan en el inicio del proceso de canonización de Shahbaz Bhatti, asesinado hace cinco años por extremistas, quien dio su vida para favorecer el diálogo.
El presidente de la conferencia episcopal, Joseph Coutts, arzobispo de Karachi, que estuvo en Roma invitado por Ayuda a la Iglesia Necesitada en febrero, recordó la situación dramática de los cristianos en su país, y se hizo eco de este ‘sentir del pueblo’.
https://www.youtube.com/watch?v=9Hox5qlIMXk&feature=youtu.be
100 millones
Son los cristianos que en el mundo sufren discriminación, persecución y violencia,
1,5 millones
las personas que escaparon de la llanura de Nínive en el verano de 2014 por la amenaza de las tropas del ISIS (el Estado Islámico).
300 mil
Los fieles cristianos que se han quedado en Irak. En 2003, antes de la invasión EEUU, eran más de 1,4 millones.
Fuente: ONU