Bolivia demandará a Chile ante La Haya por las posturas divergentes con respecto al Silala En los últimos meses las aguas del Silala han cobrado otra vez protagonismo por ser nuevamente centro de una disputa entre Bolivia y Chile vinculada a su denominación, naturaleza, curso y uso.
“Vamos a presentar la demanda ante La Haya para sentar soberanía sobre las aguas del Silala”, señaló el presidente boliviano, Evo Morales, en declaraciones reproducidas por La Tercera el pasado 26 de marzo.
Así confirmó la decisión de su gobierno de acudir a la Corte Internacional de Justicia por este tema, durante una actividad en Cochabamba.
¿Manantial o río internacional?
Ubicado en la zona del altiplano andino, entre Bolivia y Chile, el Silala es un sistema hídrico cuyo curso de agua recorre 56 kilómetros desde su origen en el departamento boliviano de Potosí, cruzando la frontera internacional entre ambos países, hasta desembocar en la región chilena de Antofagasta.
Sin embargo, ambos países mantienen posturas divergentes al respecto. Mientras Bolivia entiende que se trata de un “manantial” que se origina en Bolivia y que fue canalizado de forma artificial por Chile para desviar las aguas, este otro país entiende que las aguas del Silala corresponden a un río internacional de aguas continuas.
A raíz de estas posiciones diferentes, Bolivia le exige a Chile que le pague por el uso de dichas a aguas. Pero el país andino asegura, basándose en el derecho internacional, que justamente el carácter “internacional” de esas aguas le permite usarlas sin necesidad de compensar a Bolivia.
En una oportunidad, en el año 2009, ambos países tuvieron un acercamiento positivo para resolver esta disputa antaña donde Chile iba a pagar la mitad del uso del Silala, pero la negociación quedó truncada.
Dos años para elaborar demanda
El canciller boliviano David Choquehuanca señaló en la ciudad de La Paz que la elaboración de la demanda contra Chile por el uso “ilegal” de las aguas del manantial Silala ante tribunales internacionales puede demorar el mismo tiempo que se empleó para preparar la demanda marítima (otra vieja disputa entre ambos países), o sea, dos años, informa la Agencia Boliviana de Información.
Choquehuanca recordó que durante el inicio de aquella primera demanda que se había hecho para recuperar el mar primero se formó un organismo denominado Dirmar que contrató expertos bolivianos, historiadores, y se formaron equipos multidisciplinarios, etcétera.
En aquel momento la preparación de la demanda duró dos años. Ahora, tras el último anuncio sobre Silala, el canciller estimó que la preparación de esta nueva demanda llevaría aproximadamente la misma cantidad de tiempo.
“El presidente la anunció (la demanda) el 23 de marzo y le dio tarea a Diremar para que pueda llevar adelante estudios jurídicos para ver alternativas por dónde vamos a caminar”, dijo.
Contrademanda, la respuesta
Una vez que Morales hiciera el anuncio de la demanda por este tema ante la Corte Internacional de Justicia, Chile no tardó en responder y anunció una contrademanda para demostrar que el Silala es un río internacional que cruza la frontera de forma natural.
“La posición de (Evo) Morales es un voladero de luces, una utilización política de un tema en el contexto político que conocemos en Bolivia”, replicó el canciller Heraldo Muñoz poco después de que Morales anunciara que demandarían a Chile, mientras exhibía uno de los mapas adjuntos al Tratado de 1904 y que reconocía, ya en esa época, la existencia del río Silala y su curso desde Bolivia a Chile, según reproduce La Tercera.
Los chilenos argumentaron además que Bolivia “se ha negado a cooperar en el levantamiento de la información técnica necesaria para definir los usos y beneficios de un río internacional”.
Este anuncio del canciller posteriormente fue confirmado por la presidenta chilena, Michelle Bachelet.
De esta manera, un nuevo conflicto regional en América Latina se reavivó. Así pues, que primen la cordura, el diálogo y la buena voluntad para encontrar la mejor solución al conflicto serán algunos de los grandes desafíos que ambos países deberán asumir de aquí en más.