¿Cómo poner en práctica la caridad? La respuesta en un libro de bolsillo “Las obras de Misericordia”: Catorce peldaños que nos llevan al cielo” se llama el libro de bolsillo del sacerdote peruano Carlos Rosell de Almeida, quien a través de 126 páginas invita a seguir los pasos a la caridad.
En él se pueden encontrar, además de estas obras, textos bíblicos, testimonios de vida de diferentes santos, así como también reflexiones.
“Sí, se puede poner en práctica la caridad. Así lo demuestran las acciones de quienes se santificaron en sus vidas. Sencillas acciones que nos hablan de la grandeza del corazón, es por eso que decidí contar cómo aquellos varones y mujeres optaron por poner en práctica la caridad”, contó Rosell a Aleteia.
Misericordia en tu bolsillo
Se puede llevar en el bus, en la cartera o en el bolsillo de una camisa. Acompaña, orienta y hasta saca de apuros. Y es que no siempre es fácil compartir cuando no se tiene.
Este pequeño libro puede convertir a uno en grande. Por ejemplo, cuando Paola, una joven peruana, lo leyó, empezó a descubrir todo lo que podía hacer por el otro. Ahí encontró que hasta en época de hambruna se puede dar de comer al hambriento.
¿Cómo? En Osma, España, detalla la publicación, vivía un apasionado de los libros. Este varón había decidido vender su más fina colección de libros revestida con piel de animales. Sin embargo, este hombre empezó a cuestionarse cómo era posible que leyera sobre pieles de animales cuando sus hermanos están muriendo de hambre.
“¿Quiénes son capaces de realizar estas hazañas?”, reflexionó Paola.
A continuación, también surgen otras interrogantes. ¿Cómo ser caritativo cuando no se ha pasado hambre nunca? ¿Cómo dar buen consejo al que no desea oírte?
¿Cuáles son las pautas que debemos seguir para tener un corazón misericordioso?¿Cómo le seguimos los pasos a la caridad?
Son algunas de las varias preguntas que el libro intenta responder.
“¿Cómo voy abrir las puertas de mi casa a un desconocido?”. A Paola le cuesta mucho comprender la idea de dar posada al peregrino. Pero leyendo el libro encontró lo siguiente: “Nuestra casa debe ser acogedora, no por lo que tiene, sino más bien por la forma como recibimos a quienes nos visitan”.
Vestir al desnudo por ejemplo, podría llegar a convertirse en un gran reto, si se interpreta como correr detrás de quienes encontramos por las calles sin prenda alguna.
“Pero es mucho más simple”, recuerda el libro, “pues se trata de dejar de comprar accesorios o prendas innecesarias. Y empezar a vestir en forma sobria“.
Varones y mujeres de altura
Así pues, cuando todos morían de hambre en España, Domingo de Guzmán (ese varón apasionado por los libros) siendo religioso decide dar de comer al hambriento, al vender su más fina colección de libros.
Otro, como Juan María Vianney, popularmente conocido como el Cura de Ars, compartía la mesa de su humilde hogar con los peregrinos gracias a una costumbre que tenían sus padres.
Fue así como sin saberlo su familia le dio posada a Benito José Labre, quien luego sería declarado santo por la Iglesia.
Más allá de estos ejemplos admirables que se pueden encontrar en el libro, lo que se propone es un poco más sencillo, pero no por eso menos desafiante.
“Es un reto, es verdad, pero está en nuestras manos llegar a ser santos. Francisco, el Papa, nos ha puesto la valla muy alta al pedirnos poner en práctica estas obras”, sonríe el padre.
Curiosamente, de esto se trata este libro, de tener al alcance de la mano consejos para poner en práctica estas obras y de alguna manera descubrir todo lo que se puede hacer por el otro.
Fotos: Robert Rodríguez