El hallazgo es sorprendente, pues no es común encontrar arrecifes de coral en aguas turbias y oscurasUn grupo de investigadores estadounidenses y brasileños publicó en la revista Science un descubrimiento que sacudió a la comunidad científica.
Contra todos los pronósticos, el grupo indicó la presencia de un arrecife de coral y esponjas en la boca del río Amazonas.
Tiene 1.000 kilómetros y entre 30 y 120 metros de profundidad que abarca el extremo sur de la Guyana Francesa hasta el estado de Maranhão, en el noreste de Brasil. La mayoría de las investigaciones realizadas hasta ahora eran contrarias a la posibilidad de que los arrecifes de coral pudieran desarrollarse en ríos.
“Fue impresionante estudiar el funcionamiento de este arrecife, sabiendo que estos solo han estado presentes en aguas de poco tráfico, transparentes y con penetración solar directa“, le dijo a BBC Mundo Fabiano Thompson, investigador del Instituto de Biología de la Universidad de Río de Janeiro y uno de los 38 científicos que participó en el estudio.
Lo que más le llamó la atención a este grupo de científicos es cómo es posible este hallazgo habida cuenta de las condiciones del lugar, que recibe 300.000 metros cúbicos de agua por segundo, llena de sedimentos y nutrientes orgánicos de la selva que la vuelven turbia y oscura, además de la falta de luz solar (componente necesario para nutrir los corales).
Había indicios de años anteriores
Investigadores de Estados Unidos habían mencionado en un documento publicado en el año 1977 la presencia de esponjas de arrecife en el río Amazonas, pero luego no hubo continuidad en la investigación.
Las dificultades para atravesar la placa continental del río Amazonas fue una de las primeras razones que desmotivó a científicos hasta ahora.
Luego de 40 años se volvieron a interesar y para ello contaron con la ayuda de una draga proporcionada Patricia Yager, profesora de Oceanografía en la Universidad de Georgia (EE.UU.).
Gracias a esto los científicos lograron detectar en dos expediciones (2012 y 2014) variedad de esponjas gigantes de alrededor de 100 kilos, además de corales, y peces, señala BBC Mundo. Las conclusiones se publicaron hace pocos días.
Entre otras cosas, los investigadores vieron que estos corales no habían sufrido blanqueamiento, una de las causas del calentamiento global.
Según Thompson, era posible la existencia de estas especies que no son alcanzadas por la luz debido a “microbios microsintéticos que producen energía a partir de minerales como el nitrógeno que generan biomasa en un proceso llamado quimiosíntesis”.
De esta manera, la biomasa hace las veces del combustible que nutre a los corales y deja que se formen los corales.
“Esto demuestra que los arrecifes sí podrían formarse dentro de aguas abundantes en nutrientes orgánicos”, concluye el investigador en diálogo con BBC Mundo.
Los corales y el cambio climático
Los corales son una de las especies marinas más amenazadas por el cambio climático y por el propio ser humano, por ejemplo, a través de las petroleras.
A pesar de que han existido desde hace al menos 50 millones de años, estos corales están experimentando fuertes caídas en abundancia en todo el mundo, expresa una investigación publicada en los últimos días por el profesor John Pandolfi, de la Universidad de Queensland (Australia), indica la agencia EFE.
Por ejemplo, la Gran Barrer de Coral de Australia, que está sufriendo un blanqueamiento debido al cambio de las condiciones del océano.
Una vez más hay un llamado de atención en cuanto a las acciones para mitigar los efectos que dañen los ecosistemas, tal cual recuerda el Papa Francisco en su encíclica sobre la “Casa Común” Laudato Sí.
Sin lugar a dudas este hallazgo hizo que la comunidad científica se replanteara varias cosas, entre ellas comprender cómo pueden sobrevivir arrecifes en zonas complejas por sus condiciones, pero también quedó demostrado que a veces en los lugares a veces descartados por su apariencia se puede encontrar grandeza y belleza.