Conoce la enorme obra de Biagio Conte a favor de los refugiados, inmigrantes y vagabundosBiagio Conte es un laico consagrado fundador de la Misión de Esperanza y Caridad en Palermo. Dicha realidad de Iglesia da techo y alojamiento a más de mil personas en la capital de Sicilia.
En la Ciudadela de los pobres, en Via Decollatti 29, se hospedan más de seiscientos extracomunitarios, en su mayoría procedentes del África Subsahariana. En su cuartel general de Via Archirafi 31 viven los acogidos de mayor edad y más enfermos.
En Villa Florio, una casa señorial en ruinas con su decena de hectáreas de terreno, habitan más de una veintena de hombres de distintas procedencias que se encargan de cultivar el campo y de llevar a cabo los trabajos de remodelación de la finca.
En la Factoria Solidaria de Tagliavia, muy cerca de Corleone, viven poco más de una decena de hombres de la India, de Sri Lanka, de Mali, de Ghana, de Hungría y de Italia, que se encargan de producir alimentos naturales, sea vegetales o lácteos, para abastecer al resto de la Misión.
En Via Garibaldi 3 hay un antiguo convento dominico que tiene como patrona a Santa Catalina de Siena, en el que ahora las sorelle se encargan de acoger a mujeres solas o con hijos, todas ellas con historias muy diversas.
Todo surge de la relación de Fratel Biagio con los vagabundos de la Estación Central de Palermo, con los que decidió irse a vivir en la calle a principios de los noventa.
Pero ahora la noticia es que este hombre, vestido con su habitual sayo verde esperanza, inició, el pasado lunes 11 de Abril, una peregrinación desde Palermo hasta Roma cargado con la cruz.
Casi mil quilómetros por carretera que en su caso aumentarán ostensiblemente, pues subirá la bota zigzagueando, a fin de pasar por cuantas más provincias italianas mejor.
Para mayor complicación, además de caminar a razón de una treintena de kilómetros diarios, lo hace completamente en ayunas, solo comiendo por las noches, siempre y cuando alguien tenga la caridad de darle de cenar.
Duerme en el suelo, entre cartones, si es que no es acogido por alguna parroquia o en casa de alguna alma caritativa.
La pregunta es: ¿por qué alguien en la cincuentena, que ha tenido graves problemas en las vértebras lumbares, que lo tuvieron en una silla de ruedas hasta que se bañó en Lourdes, se dedica a una actividad tan absolutamente alternativa?
Estos días he estado visitando de nuevo Palermo y no he parado de hacerle esta pregunta a los diferentes fratelli, sea acogidos, voluntarios o consagrados, que me he encontrado en la Misión.
Mi sorpresa ha sido la falta de uniformidad de las respuestas. Detallo alguna de ellas:
1. Camina para protestar contra la administración, porque cuando estaban a punto de efectuar el pago del edificio de la fundición colindante con Via Archirafi, para el que habían hecho una recolecta en parroquias de más de 16.000 Euros, les han querido hacer pagar los impuestos correspondientes a los años en que la edificación ha estado desocupada, subiendo la factura total a más de 400.000 Euros.
2. Camina para unirse en penitencia al sufrimiento de Cristo por la ignorancia del bien común en la que viven tanto nuestra sociedad como nuestros gobiernos, por su olvido y exclusión sistemáticos de los pobres.
3. Camina para llevar por tierras italianas la cruz y reclamar a todos los que vivimos sumidos en el individualismo a una vida más seria y verdadera.
4. Camina para reivindicar el sacrificio y el esfuerzo basado en la esperanza, en una cultura hedonista en que nadie está dispuesto a mover un dedo por el prójimo.
5. Camina al encuentro del Papa, para llevarle la regla de la Misión de Esperanza y Caridad, que ya ha sido reconocida como Asociación Laica de Fieles por el arzobispo de Palermo, pero cuyo carisma no ha obtenido todavía el reconocimiento pontificio.
6. Camina para testimoniar y compartir con los habitantes de Italia, del mundo y con el papa Francisco, la alegría y la paz que surgen del encuentro cristiano a través de la práctica radical de la hospitalidad.
Quizás esto último es lo que más desborda nuestros esquemas: que haciendo todo esto, Biagio está contento.
Ahora mismo sigue contagiando su alegría mientras camina por algún lugar de Calabria.