Un candidato doctoral de la Universidad de Rice, tradujo la carta en su totalidad, como parte de su trabajo en papirología.
Corría el año de 2012 cuando Grant Adamson, entonces un estudiante en la universidad de Rice en Houston, Texas, terminó de descifrar el contenido de la carta que un soldado egipcio, de nombre Aurelius Polion, voluntario en las legiones romanas, habría escrito a su familia hace ya 1800 años.
Si ya es sorprendente el hecho de que el soldado haya sabido leer y escribir –la carta está escrita en griego, la lengua común y comercial de las colonias mediterráneas del imperio romano-, lo es más el tono de la carta. El soldado egipcio, apostado en Pannonia (hoy Hungría y Austria), escribe a su madre, una vendedora de pan en su pueblo natal de Tebtunnis, cerca de el Fayyum, en Egipto, triste por no haber sabido nada de ella en un buen tiempo, explicándoles además que solicitará la baja a su oficial superior, para visitar su casa y su familia.
En una parte de la carta de Aurelius Polion se lee:
“Rezo para que goces de buena salud día y noche, y siempre ofrendo a los dioses de tu parte. No ceso de escribirte, pero tú no te acuerdas de mi. Pero hago mi parte escribiéndote siempre, y no dejo de tenerte en mi mente y en mi corazón. Pero nunca me escribes contándome de tu salud, o de cómo te va. Estoy preocupado por ti porque aunque recibes cartas de mi parte frecuentemente, nunca me escribes de vuelta para que yo pueda saber cómo estás”.
La carta fue descubierta hace más de un siglo en una expedición arqueológica dirigida por Bernard Grenfell y Arthur Hunt, como lo señala este artículo en Realm Of History. El reverso de la carta incluye además instrucciones para el cartero, para que entregase la carta a un veterano de guerra, amigo de su familia, quien a su vez lo entregaría a la familia de Polion. A juzgar por el lugar en el que la carta fue hallada, lo más probable es que, en efecto, haya llegado a su destino.