Khurram Zaki, blogger musulmán chii, denunciaba regulamente los abusos dirigidos contra los cristianos Khurram Zaki dirigía el sitio web Let us build Pakistan [Construyamos Pakistán], dedicado a la actualidad política y religiosa de su país. Varias fotos lo presentan en compañía de miembros del clero cristiano y paquistaní durante el transcurso de procesiones religiosas. Llegó incluso a cargar él mismo con una cruz en estas ocasiones, un gesto que acarrea pesadas consecuencias para un musulmán: en el islam, Cristo nunca fue crucificado. Khurram Zaki era también descendiente de una minoría perseguida en su país, los chiíes, y denunciaba regularmente los abusos dirigidos contra los cristianos.
Desafió a un mulá
El bloguero se había hecho famoso por una manifestación organizada frente a la Mezquita Roja, santuario islámico en el corazón de Islamabad. La manifestación iba dirigida contra Abdel Aziz, director de la mezquita, que se había negado a condenar los atentados de los talibanes en Peshawar el 16 de diciembre de 2014: la matanza de 150 estudiantes, en su mayoría adolescentes, de una escuela militar en el noroeste del país. La página web del bloguero denunciaba tanto las irregularidades democráticas de su país como el extremismo religioso: dos problema indisociables y que impedían, según él, que los paquistaníes construyeran su sociedad.
La firma de los terroristas
El sábado 7 de mayo se encontraba cenando en un restaurante de Karachi cuando los terroristas lo acribillaron. Dos de sus amigos sentados con él resultaron heridos. El grupo talibán Hakimullah ha reivindicado el asesinato. Ya en 2015, el activista Sabeen Mahmud, conocido por haber criticado al predicador de la Mezquita Roja, fue asesinado mientras conducía su coche.
“Hemos perdido muchos amigos”
La labor del periodista es arriesgada en Pakistán, apuntó para Asianews Irfan Mufti, director de la ONG South Asia Partnership Pakistan. “Hemos perdido muchos amigos”, declaraba. “Los defensores de los derechos humanos llevan siendo amenazados y los periodistas atacados durante muchos años. Este Estado ha fallado al protegernos; tal vez se ha convertido en una víctima de su complacencia”.
Exigiendo justicia
Tras el funeral de Khurram Zaki, se produjeron manifestaciones para exigir justicia, sin ningún resultado por el momento. La impunidad de los criminales es otra señal preocupante, subraya otra activista paquistaní, Saeeda Deep, que constata que sus compatriotas parecen apáticos, silenciosos, insensibles al diálogo: “Es imposible mantener una discusión basada en la lógica”, se lamenta.