Un documental que le recuerda a Europa la “edad dorada de los bosques”
El mismo equipo técnico y artístico (sí, en los documentales también hay espacio para la creación, no solo para la recreación) nos cuentan en su nuevo trabajo, “Las estaciones”, el viaje que desde el frío realizaron con el devenir de la evolución climática de nuestro planeta las diversas especies. Éstas mudaron su espacio vital como consecuencia de las transformaciones experimentadas tras el periodo glacial que transmutó la faz de parte de nuestro planeta, en concreto en la zona europea, transformando un erial gélido primero en un páramo helado y posteriormente en una explosión de vegetación a la luz de un clima más cálido, dando lugar primero a tundras y luego a bosques exuberantes como los que hoy podemos encontrar en el centro y el sur del continente.
Denominado acertadamente como “la edad de oro de los bosques”, ese periodo supone una auténtica explosión de naturaleza en todo un continente que pasó siglos bajo el hielo y que paulatinamente pero en corto espacio de tiempo ve bullir diversas especies a lo largo y ancho de su extensión, ahora verde.
A lo largo del metraje de “Las estaciones”, bellamente orquestado por el mismo compositor que nos enamoró en “Los chicos del coro” (Cristophe Barratier, 2004) se nos permite asomarnos a multitud de estos compañeros de viaje sobre esta enorme nave espacial llamada planeta Tierra, algunos de los cuales nos parecerán lejanos y ajenos por estar nosotros imbuidos en nuestro mundo urbanita de asfalto, acero y cristal pero en realidad apenas unos centenares de kilómetros (la nada, a escala planetaria) nos separan de ellos.
Por ello, es bueno y recomendable entrar en contacto, aunque sea mediante un documental, con nuestros vecinos a los que como “especie superior” deberíamos tratar de proteger en sus hábitats y preocuparnos por su bienestar, que en definitiva no redundará sino en el nuestro.
La mirada furtiva de “Las estaciones” sobre todo cuanto nos rodea en la vida cotidiana y para nosotros secreta de los animales silvestres permite divertirnos viendo cómo juguetea un joven ciervo, preocuparnos por la integridad de unos cachorros de zorro perseguidos por un lince, vibrar con la partida de caza organizada entre varios lobos con el objetivo de atrapar a un jabalí que para sorpresa de muchos corre ágilmente por entre la floresta umbría de un bosque.
Es, en definitiva, “Las estaciones”, un documental que aúna Naturaleza pero también Historia, porque en la transición entre la Edad del Hielo y el actual período cálido del que todavía disfrutamos faltaba por contar la evolución de esos otros europeos que no trabajaron el bronce, no decoraron los techos de las cuevas, no erigieron templos ni acueductos, no revolucionaron la Ciencia ni el Arte pero tampoco enfrentaron a los hermanos ni sojuzgaron a los pueblos ni sembraron las trincheras de muerte y sufrimiento.
Son otros europeos que supieron atravesar las estaciones por las que nuestros ancestros pasaron pero que a su modo nunca abandonaron el Jardín del Edén y hoy nos retan a no quitarles más espacio vital, a no interferir en sus vidas y a no sacarles a la fuerza de su hábitat.