En Sicilia, la magnífica edificación es un documento excepcional de la historia mediterránea
El claustro de Monreale, en Sicilia, es uno de los mayores ejemplos existentes de la arquitectura normanda en el mundo. Particularmente, árabe-normanda. Su construcción se inició en 1174 y en 1182 la iglesia, dedicada a la Asunción de la Virgen María, fue, por una bula del papa Lucio III, elevada al rango de catedral metropolitana. Es, hoy día, un monumento nacional de Italia.
El claustro, que se terminó de construir en el 1200, está bien conservado, y es uno de los más espléndidos claustros italianos, tanto en su tamaño como en la belleza de los detalles arquitectónicos. Es un claustro de más de dos mil metros cuadrados, con arcos de medio punto decorados, apoyados sobre pares de columnas de mármol blanco. Cada uno de los capiteles de mármol están tallados con follaje, escenas bíblicas o alegorías. En un ángulo, una proyección de pilares cuadrados contiene la fuente de mármol o lavatorium de los monjes, que es, evidentemente, el trabajo de escultores árabes.
Es, sin embargo, la gran extensión de los impresionantes mosaicos de vidrio que cubre el interior, lo que hacen de esta iglesia algo excepcional. Toda la superficie interior de las paredes, incluyendo los plafones y jambas de todos los arcos, ha sido cubierta con mosaicos en colores brillantes sobre un fondo de oro, al estilo clásico bizantino.