Una nueva fotografía que retrata la vergonzosa actuación de la Unión Europea¿Logrará esta imagen (por fin) cambiar el corazón de Europa? Esta era la pregunta que nos hacíamos tras conocer la historia de Aylan, el niño que yacía boca abajo sobre la arena de la playa.
La foto impactó a toda la opinión pública. Parecía que algo iba a suceder. En aquel momento recordábamos la imagen evangélica de Epulón (asociándolo a la vieja Europa) y de Lázaro (los inmigrantes que llegaban a las costas). Al final no pasó nada. Todo sigue igual. Esa foto no cambió el corazón de Europa.
Hoy, otra foto vuelve a impactarnos, vuelve a mostrar el dolor, el sufrimiento, el gran mal que azota nuestro mundo. Ahora es un bebé el que aparece ahogado en los brazos de un socorrista alemán. Unos brazos que lo acunan, lo miran con ternura y compasión. La imagen de la piedad moderna.
¿Por qué tanto dolor? ¿Por qué mueren tantos niños a diario? ¿Nadie puede hacer nada?, se plantea uno al ver la foto.
Desgraciadamente, esta foto de gran crudeza es el mejor resumen del drama que la guerra y las políticas migratorias están creando. Duele y mucho ver esta fotografía. Estremece permanecer más de cinco segundos contemplándola.
No sé cuántas fotos como esta harán falta para concienciarnos realmente de lo que sucede.
Si con Aylan hablábamos de que Europa era Epulón, ahora con este bebé muerto los gobernantes europeos comienzan a asemejarse al sacerdote y al levita que ignoran al samaritano y siguen su camino.
Mientras el sacerdote y el levita moderno (los gobiernos) siguen debatiendo sobre leyes, números, dinero y vallas, hay judíos apaleados (inmigrantes y niños indefensos) que mueren en el Mediterráneo, que se encuentran a merced de las mareas.
Los inmigrantes muertos deben ser menos importantes que la macroeconomía, los datos fiscales o el déficit.
Menos mal que también hay samaritanos (sociedad civil y ONGs) que no piensan en legislaciones y se tiran al mar a buscar, salvar y a veces… como en esta desgraciada foto, acunar un cuerpo inerte.
Esta fotografía, que publicamos por la necesidad de seguir moviendo a las conciencias, es la fotografía de la vergüenza de la Unión Europea.
Algunos se plantean que quizá no es bueno publicar tan trágicas fotos. El problema no es ese. Basta ya de legislaciones, de acuerdos, de apelar a la seguridad y de discusiones estériles y cupos de refugiados. Hagamos algo ya.
Si a alguien le molesta ver esta foto habría que responderle con las palabras que utilizaba el fundador de la ONG Sea-Watch al publicarla: “Si no queremos ver este tipo de imágenes tenemos que dejar de producirlas”.