Responde Adriana Soto, la colombiana que lidera proyectos para mitigar efectos del cambio climático Se llama Adriana Soto. Es economista y exministra de Medio Ambiente de Colombia. Tanto desde el sector público como privado ha liderado proyectos para mitigar los daños provocados por el calentamiento global.
Trabaja desde hace más de 60 años en una organización no gubernamental denominada The Nature Conservancy, que tiene entre sus principales objetivos la preservación de la tierra y el agua.
Además, desde esta organización, que hace 30 años está en Colombia, se pretende “asegurar agua en cantidad y calidad para las ciudades que tienen riesgo de desabastecimiento”, según cuenta Soto en diálogo con El Espectador de Bogotá.
“En la Amazonia trabajamos para disminuir los frentes de deforestación que amenazan uno de los ecosistemas más importantes para la regulación climática y la biodiversidad del mundo”.
“Hemos propuesto así mismo herramientas para que el diseño de los proyectos de infraestructura no genere impactos netos en nuestro capital natural”, expresó también como forma de su trabajo en la organización.
Por otra parte, cuando estuvo en el Ministerio de Medio Ambiente de Colombia también contó que se logró la ampliación de cerca de tres millones de hectáreas del Parque Nacional Natural de Chiribiquete en Amazonia, con estrategias contra la desforestación, además del trabajo para la conservación de los páramos (predominio de vegetación tipo matorral) y humedales.
También participó en la búsqueda de incentivos para el uso de vehículos eléctricos en Colombia y el trabajo para la estructura financiera del Fondo de Naciones Unidas para el Clima Verde, vinculado a proyectos contra el cambio climático.
Cambio climático en Colombia
Al momento de hacer alguna consideración acerca del calentamiento global en Colombia, Soto sostuvo que uno de los principales problemas que tienen es la emisión de gases de efecto invernadero como consecuencia de la alta tasa de desforestación que tiene el país.
“Esta deforestación es a su vez la que nos está haciendo más vulnerables al desabastecimiento de agua en años secos, o inundaciones y deslizamientos cuando hay lluvias”.
“Deforestar y planificar sin criterios ambientales nuestro territorio es comprar vulnerabilidad al cambio climático a un costo cada vez más alto para la economía y las finanzas públicas de nuestro país: cada golpe de sequía o lluvias intensas nos cobra a los colombianos una factura del orden del 2 a 3% del PIB”, indicó.
Para Soto, el cambio climático es una amenaza real. “Hoy somos el tercer país más vulnerable a sus efectos adversos y la temperatura promedio del planeta sigue aumentando”, sentenció.
“Si queremos una adaptación efectiva al cambio climático debemos con urgencia tomar medidas para evitar una mayor deforestación y restaurar los ecosistemas claves que hemos degradado, como por ejemplo la cuenca del Magdalena (corriente de agua que desemboca en el mar Caribe”, prosiguió.
En ese sentido, expresó que desde el lugar en el que trabaja se está trabajando en un proyecto de adaptación al cambio climático vinculado a esta cuenca.
Es por ello que buscan hacer énfasis en “la planificación del río para que no se traspasen los frágiles umbrales en los que se encuentran el 17% de las coberturas naturales que le quedan a la cuenca y que son vitales para regular el agua”.
“Escogimos el Magdalena pues este no es un río cualquiera: allí está el 77 % de la población colombiana, se genera el 75 % de la hidroenergía nacional, se produce el 80 % del PIB y está el 21 % de la oferta de agua superficial disponible de todo el territorio”, afirmó.
Medioambiente y valor
Finalmente, esta guardiana del medio ambiente también mostró una faceta muy humana y contó qué fue lo más duro que la ha tocado afrontar. “El año pasado tuve cáncer, pero me enseñó a valorar el presente con mis cinco sentidos al 100%”, respondió.
Soto demuestra con su testimonio su clara convicción en cuanto a su trabajo y la confirmación de haberse transformado en una verdadera custodia del medio ambiente.
Pero su voluntad y sus sueños están encaminados a que no la dejen sola en la labor para la restauración de un “capital natural” y que cada uno sea protagonista en la lucha contra el cambio climático.
También dejó en claro que no ha bajado los brazos y afrontó el cáncer con la mayor dignidad, es otro reconocimiento que tampoco debiera pasar desapercibido.