Un muñeco de trapo, el pequeño gran gesto para con los damnificados por el terremoto El terremoto del pasado 16 de abril que golpeó Ecuador sigue generando réplicas no solo físicas, sino también en cuanto a acciones de solidaridad, entre las cuales algunas son muy particulares.
Es que los niños no son ajenos a los efectos del terremoto y los que no lo sufrieron tampoco son ajenos al dolor de sus pares.
Tal es el caso de niños que no habitan las regiones de Manabí y Esmeraldas, las zonas más afectadas, y que saben que otros como ellos quedaron sin casa, alimentos, sin juguetes y algunos hasta sin seres queridos.
Un consuelo a medida
De cara al Día Internacional del Niño que se celebrará en el mes de junio, estudiantes, docentes y padres de familia de la capital de Ecuador, Quito, y de otros países de la región como Brasil, Argentina, Colombia, México, Uruguay y Costa Rica, decidieron llevar a cabo un proyecto para reglar un poco de consuelo y alegría.
La misión consiste en confeccionar muñecos de trapos y llevar un mensaje de solidaridad a los menores afectados en la zona costera por el terremoto, según consigna El Comercio de Quito.
La iniciativa es promovida por una organización que custodia el derecho de los niños, Red Solare Ecuador. La representante de esta organización en Latinoamérica, Carolina Rubio, expresó que lo que se busca con esta acción es “dar una alegría y crear vínculos con los chicos”.
La confección de los muñecos de trapo fue desarrollada por varios equipos entre los que se destacan varios centros educativos.
Retazos que hablan
Según cifras de Unicef, más de 150.000 niños se vieron afectados por el terremoto. Y éste fue el principal motivo por el cual se pusieron en marcha a elaborar más de 1.000 muñecos con retazos de tela, cintas, botones, etcétera, acompañados de un mensaje de aliento para los pequeños que tanto están sufriendo.
Los organizadores de esta movida solidaria prevén que los primeros muñecos de trapo en llegar a la región de Marabí lo hagan los primeros días de junio.
La entrega estará a cargo de voluntarios que además de entregar estos juguetes realizarán actividades lúdicas y recreativas, prosigue El Comercio.
Los niños tendrán la oportunidad de confeccionar esos muñecos e intercambiarlos.
Finalmente, un aspecto nada menor de esta acción tiene que ver con la motivación para que los adultos tampoco quedaran afuera. Es más, la iniciativa sirvió para unir a las familias en poso de un bien común porque si bien los niños fueron protagonistas, los adultos participaron ayudando con los detalles.
“Los niños están emocionados con los juguetes creados. Pero son sensibles ante la tragedia y están decididos a compartir con los más necesitados”, expresó a El Comercio una de loa integrantes de las instituciones educativas.
Una vez más queda demostrado como pequeñas acciones pueden generar empatía y vínculo emocional para con otros. Un gesto mínimo, humilde, pero muy significativo y que en definitiva deja traslucir algo totalmente cristalino y por demás destacable: el consuelo de un niño hacia otro niño.