Una antigua tradición retórica greco-romana sobrevive en la iconografía cristiana
En la Antigüedad, tanto griegos como romanos habían desarrollado un sistema bien establecido de gestos utilizados por oradores y retóricos al dar sus discursos, bien en el ágora, bien en el senado, bien durante sus alocuciones privadas, bien en el aula de clase.
Esta gestualidad que acompañaba la oratoria, naturalmente, era de conocimiento público.
Así, no es de extrañar que los primeros iconógrafos hayan utilizado este repertorio de gestos de las manos al representar a Cristo, a sus santos y a los ángeles.
Por ejemplo, en los iconos de la Anunciación, el arcángel Gabriel se muestra con la mano levantada en la forma en la que los retóricos romanos la alzaban indicando que estaban a punto de comenzar una oración importante.
Este gesto puede verse incluso en el icono más antiguo sobreviviente Anunciación, y los himnos que se cantan en la liturgia hacen énfasis en las noticias importantes que Gabriel anunció a María, por lo que el gesto de la mano propio del orador que anuncia un hecho importante es más que apropiado.
Este significado del gesto relacionado con la oratoria clásica es la fuente original de la que se desprende el motivo iconográfico que muestra a Cristo elevando Su mano en la actitud propia del orador, ya que Él, más que nadie, tiene en efecto algo importante que decir.
Sin embargo, en este gesto manual hay más detalles que merecen ser tomados en cuenta, pues en el caso de la figura de Cristo, el simbolismo asociado a la gestualidad manual es más complejo.
En principio, en prácticamente cualquier representación ortodoxa cristiana o católica de Cristo, la mano derecha de Jesús en los iconos se muestra inequívocamente levantada en actitud de bendecir.
Este mismo gesto de la mano es el que usa el sacerdote al bendecir a otros y es la razón por la que a los santos, en los iconos, si eran clérigos, se les representa alzando la mano derecha de la misma manera.
En la iconografía ortodoxa griega, lo mismo que en la iconografía cristiana temprana, la gestualidad de la mano que bendice remeda las letras “IC XC”, una abreviatura de cuatro letras, ampliamente utilizada, de las palabras griegas Jesús (IHCOYC) Cristo (XPICTOC). La mano que bendice reproduce, gestualmente, el Nombre de Jesús, el “Nombre sobre todo nombre”.
Pero además, los tres dedos de Cristo, así como deletrean “I” y “X”, también representan la Trinidad y la Unidad de Dios, Padre, Hijo y Espíritu Santo, así como la unión de los dedos pulgar y anular de Jesús no sólo forman la letra “C”, sino que además dan fe de la Encarnación, la unión de las naturalezas divina y humana que se encuentran en el cuerpo de Jesucristo.