El Pontífice no da marcha atrás, en el encuentro con las autoridades civiles y el presidente de ArmeniaAl margen del discurso preparado, el papa Francisco sorprendió usando la palabra “genocidio” en su 14º viaje internacional a Armenia este viernes 22 de junio en el palacio presidencial de Ereván.
El Pontífice latinoamericano volvió a traer a colación la reflexión sobre “El gran mal”, lo que comúnmente ya en términos jurídicos internacionales es llamado el “genocidio armenio” perpetrado por los turcos hace cien años.
Igualmente, manifestó que la Iglesia católica está disponible para construir la paz del mundo con la ayuda de las autoridades civiles y denunció “el odio y el desenfrenado deseo de poder”, además de instar a resolver con el diálogo las controversias internacionales.
Por ello expresó: “Espero sinceramente que la humanidad sea capaz de aprender de esas trágicas experiencias a actuar con responsabilidad y sabiduría para evitar el peligro de volver a caer en tales horrores”.
Después de la ceremonia en la catedral apostólica de Echmiadzin, el papa Francisco efectuó una visita de cortesía al presidente de la República, Serzh Sargsyan, en el Palacio Presidencial, donde se encontró también con las autoridades civiles y el Cuerpo Diplomático ante los que pronunció el discurso.
El papa Francisco destacó la alegría de estar en Armenia y visitar a “un pueblo de ricas y antiguas tradiciones, que ha testimoniado valientemente su fe, que ha sufrido mucho, pero que siempre ha vuelto a renacer”.
Al agradecer la invitación y las palabras de bienvenida del presidente, recordó que devuelve la visita del año pasado en ocasión de la celebración de los 100 años “del Metz Yeghérn, el “Gran Mal”, que azotó a vuestro pueblo y causó la muerte de una gran multitud de personas”.
“Aquella tragedia, aquel genocidio -dijo sin leer el texto-, por desgracia, inauguró la triste lista de las terribles catástrofes del siglo pasado, causadas por aberrantes motivos raciales, ideológicos o religiosos, que cegaron la mente de los verdugos hasta el punto de proponerse como objetivo la aniquilación de poblaciones enteras”.
Y dejando de lado las hojas del discurso, alzó la mirada para decir: “Es muy triste, tanto en este armenio como en los otros dos (genocidios), las grandes potencias internacionales miraban para el otro lado”.
“Rindo homenaje al pueblo armenio, que, iluminado por la luz del Evangelio incluso en los momentos más trágicos de su historia, siempre ha encontrado en la cruz y en la resurrección de Cristo la fuerza para levantarse de nuevo y reemprender el camino con dignidad”, sostuvo el Papa.
En abril de 2015, en la Basílica de San Pedro, el Papa en San Pedro había reconoció esta masacre y lamentó que “todavía hoy sentimos el grito sofocado y descuidado de tantos de nuestros hermanos y hermanas impotentes, que a causa de su fe en Cristo o de su pertenencia étnica son públicamente y atrozmente asesinados”.
Entre 1915 y 1923, más de millón y medio de armenios fueron masacrados a manos del imperio Turco Otomano.
Por último, el Pontífice remarcó el valor del cristianismo sin contradecir el desarrollo cívico y social de la nación. La jornada concluirá con un encuentro personal con el Catholicos en el Palacio apostólico.