Es una batalla contra el mal, sabemos qué hacer“¿Frente a los ataques tan duros de los enemigos de la Iglesia de Dios nos es lícito permanecer inactivos? ¿Nos es lícito quizá lamentarnos y derramar sólo lágrimas? No. Cada uno de nosotros tiene el sacrosanto deber de construir una trinchera y rechazar los ataques del enemigo” (San Maximiliano Kolbe)
Los ataques de Estambul, los bombardeos en Beirut, el terremoto en Japón… todo esto creó una vorágine de silencio en el mundo, una pausa desgarradora en los temas mundiales en donde lo único que se oía eran los gemidos de los afligidos.
Muchas personas respondieron con fuerza y elocuencia a esta noticia, pero la que captó mi atención fue la respuesta del Papa Francisco. Dijo que estos ataques representan algo que “no es humano”. Me recordó que más que una batalla contra el ISIS, se trata de una batalla contra el mal.
¿Cómo podemos responder? Los llamamientos a la paz no tienen sentido si no están unidos al poder de la oración. El mal debe combatirse. Con la oración y a veces la fuerza.
Si quieres unirte a la embravecida batalla cósmica, aquí hay algunas sugerencias de Jesús y de los santos:
- Dar limosna
“Donde hay limosna, el diablo no osa acercarse, ni cualquier otro mal” (San Juan Crisóstomo)
La guerra espiritual implica no sólo oración, sino acción. Podemos ayudar a las personas que sufren en manos del ISIS.
Organizaciones católicas que ofrecen ayuda en las zonas en que el ISIS está activo:
- Rezar el Rosario
Padre Pío llamaba al Rosario “el arma”. Los exorcistas nos dicen que el nombre de María es poderoso contra el demonio. Invoquemos a nuestra Madre para que nos ayude en este momento.
(El Rosario) “es el remedio a todos nuestros males, la raíz de todas nuestras bendiciones. No hay modo más excelente de orar” (Papa León XIII).
- Rezar la oración a san Miguel
San Miguel reunió valientemente a los ángeles alrededor de él para empujar al demonio y a los ángeles caídos al infierno.
Podemos invocarlo para llevar adelante su lucha contra el mal en el mundo rezando la oración escrita por el Papa León XIII:
“Que la oración nos fortalezca para la batalla espiritual de la que habla la Carta a los Efesios: “fortaleceos en el Señor y en la fuerza de su poder” (Ef 6,10). A esta batalla se refiere el Libro del Apocalipsis, atrayendo ante nuestros ojos la imagen de San Miguel Arcángel (cfr. Ap 12,7). El Papa León XIII tenía seguramente muy presente esta, cuando, a finales del s. II, introdujo en toda la Iglesia una oración especial a San Miguel: “San Miguel arcángel, defendednos en el combate y terrible lucha que tenemos que sostener contra los poderes y potestades, contra los príncipes de este mundo de tinieblas y contra los malignos espíritus”. Aunque esta oración ya no se reza al final de la misa, les pido a todos que no la olviden, sino que la recen para obtener auxilio en la batalla contra las fuerzas de las tinieblas y contra el espíritu de este mundo” (San Juan Pablo II).
- Ayuno
El mismo Jesús nos dice que nuestra oración debería estar acompañada por el ayuno en la batalla contra el mal. ¿Cómo podemos ignorar las instrucciones de nuestro General para esta batalla?
“Esta clase con nada puede ser arrojada sino con la oración” (Marcos 9, 29).
- Ir a misa
El arma más formidable contra el mal es la Cruz. La misa es una participación de este poderoso misterio. Podemos hacer que desciendan sobre el mundo las gracias de la Cruz a través de nuestra participación en la misa y la poderosa oración de la misa.
“Volvamos de esa Mesa como leones que escupen fuego, terroríficos para el demonio” (San Juan Crisóstomo).
Por la Hermana Theresa Aletheia Noble, FSP, autora de The Prodigal You Love: Inviting Loved Ones Back to the Church. Recientemente pronunció sus primeros votos con las Hermanas de San Pablo. Tiene un blog en Pursued by Truth.
