Mujeres unidas por el dolor… Y la búsqueda de la justiciaLa mayor parte de ellas no se conocía hace tres años. Son mujeres, madres de familia del área de Los Mochis y de El Fuerte, de Ahome, de Guasave, en el Estado mexicano de Sinaloa, al noroeste del país, cuna del cártel de la droga que lideró Joaquín ·el Chapo” Guzmán Loera.
Ahora van juntas, rastreando las posibles huellas de sus hijos desaparecidos, de sus maridos que no volvieron a casa un día, de sus hermanos, parientes o amigos a los que se los “tragó” el silencio del crimen.
De “locas” a “ejemplo en la lucha por los derechos humanos”, estas mujeres, conocidas ya como “las rastreadoras”, han convertido el dolor de la desaparición de un ser querido en una muestra notable de solidaridad, empeño y amor filial.
En El Fuerte, la señora Mirna Medina comenzó su calvario el 14 de febrero del 2014, cuando vio por última vez a su hijo Roberto Corrales Medina.
Ahora ella junto a 38 mujeres que viven la misma situación, han adoptado a los desaparecidos como sus propios hijos.
Los 39 desaparecidos de El Fuerte son la prioridad de su vida y la de las otras madre-coraje que están haciendo levantar cabeza a miles de madres en todo el país, que desesperan ante la lentitud de las investigaciones y la viciosa impunidad que rodea a los “desaparecidos” en México.
Como sabuesos tras de sus seres queridos
Lideradas por dos mujeres, Reyna y Karla, “las rastreadoras” de El Fuerte se ligaron entre sí ante la inoperancia de las autoridades policiacas, el contubernio con los maleantes de algunas autoridades políticas y el silencio de los medios –por miedo a represalias—sobre sus desaparecidos.
El medio de unirse fueron las redes sociales. Su exigencia, la de cualquier madre: encontrar a su hijo con vida, o bien darle cristiana sepultura. Pero, también, que esto no se repita en El Fuerte, en Los Mochis, en Sinaloa, en todo México.
Desde el inicio del equipo de “las rastreadoras” definió un área de acción para cada una de las mujeres que lo formaban. Así por ejemplo Mirna Medina lleva a cabo labores de enlace entre las autoridades y las víctimas de la violencia.
Ella, por vivir en Los Mochis, acude a las Subprocuraduría de Justicia del Estado de Sinaloa para revisar cada uno de los expedientes y ver qué avances tienen las investigaciones.
Además, cuando se localiza un cuerpo, acude a las funerarias y a la Agencia de Homicidios para obtener datos de las vestimentas, media filiación y tiempo del deceso.
“Nos llaman ‘las rastreadoras’ porque dicen que somos como sabuesos, porque damos y damos y sí, es cierto”.
Para seguir con su misión: que es hallar a cada uno de los 39 desaparecidos de El Fuerte, el gobierno de Sinaloa les prometió un equipo de perros que hasta el momento no han llegado… “Pero con los perros o sin los perros los seguiremos buscando”, expresó Mirna a un medio local.
El grupo de mujeres se ha comprometido tanto en el grupo que si una de ellas muere por “equis circunstancia”, las otras no olvidarán a su hijo y seguirán con su búsqueda. También se prometieron que aunque hallen el cuerpo de su ser querido seguirán apoyando a las demás hasta el final.
Por eso Mirna pide a todas las madres de desaparecidos de Ahome, de Guasave, de todo el Estado, “que no se callen, que alcen la voz, que se unan para poder algún día volverlos a ver, no importa cómo sea que los hallen”.
Y saben por qué lo dicen: “las rastreadoras” ya han encontrado a 51 cuerpos. Van por 170 desaparecidos más, tan solo en Sinaloa.