El explorador Okeanos pasó tres meses investigando la vida en el fondo marino
La Fosa de las Marianas es, si no el que más, uno de los lugares más enigmáticos del océano. Allí, donde la placa del Pacífico choca y se hunde por debajo de la placa de las Filipinas, se encuentra el punto más profundo hasta ahora conocido en todo el océano, el llamado “Abismo Challenger”, que se hunde once kilómetros por debajo de la superficie del agua.
En 2009, los Estados Unidos, decretó las 95,216 millas cuadradas de la zona como Monumento Nacional Marino.
Pero, a pesar de que la investigación en la fosa ha sido constante, los científicos aún no tienen una comprensión completa de su geología, hábitats y habitantes.
Es por eso que el Explorador Okeanos zarpó el pasado abril, con intenciones de cartografiar e investigar la zona durante tres meses. Y este pasado fin de semana la misión llegó a término, como lo reseña el website del Smithsonian Institute.
Utilizando un sonar, el Okeanos genera imágenes de alta resolución del fondo marino.
Cuando la tripulación descubre una anomalía, o algún área interesante, se despliega una flota de vehículos a control remoto que exploran las fuentes hidrotermales, montes submarinos y animales de la zona, creando una base de información para que los investigadores y agencias gubernamentales pueden entender cómo gestionar y proteger la fosa y su fauna.
Entre las muchas cosas sorprendentes que el Okeanos ha descubierto y registrado hasta ahora se encuentran los distintos hábitats del fondo marino, incluyendo volcanes de lodo y corales a gran profundidad.
Pero lo más llamativo, sin duda, han sido las decenas de bellas y extrañas criaturas que han logrado registrar en video y fotografías, incluyendo una nueva especie de medusa, un pulpo blanco fantasmal y una esponja “del tamaño de una minivan”, la más grande de la que se haya tenido conocimiento.