La mala alimentación, producto de la actual crisis de producción y abastecimiento venezolana, predispone a toda una generación a sufrir de enfermedades cardíacas, endocrinológicas, y a distintos tipos de cáncer
Pablo Hernández, nutricionista, dietista e investigador del Observatorio Venezolano de la Salud, advierte, en declaraciones recogidas por el diario El Universal, que la esperanza de vida del venezolano podría estar disminuyendo. Las deficiencias en la dieta actual venezolana, producto de la crisis de producción y abastecimiento, podría causar que toda una generación de venezolanos creciese siendo más propensa a enfermedades cardíacas, varios tipos de cáncer, diabetes y obesidad.
El investigador explica, en el artículo escrito por Gabriel Barreto, que “se espera que esta generación que se está formando muera a más pronta edad que sus padres”, visto que los primeros tres años de vida son cruciales para un buen desarrollo de capacidades físicas y cognitivas. “Si durante esos tres primeros años de vida, en los que se incluye el embarazo, las personas no tienen una alimentación balanceada o presentan déficit de vitaminas y de minerales, éstas no se podrán desenvolver adecuadamente, pues vienen (sic) con ciertas limitaciones”.
De hecho, la actual dieta del venezolano, rica en carbohidratos y azúcares (esto es, una dieta “de supervivencia”, basada prácticamente en harinas y almidones) promueve el crecimiento de células cancerosas que, precisamente, se alimentan de estos azúcares. Estas condiciones, aunadas a la también grave crisis de medicinas, ha reducido la esperanza de vida del venezolano a 74,1 años, de acuerdo a cifras del estudio anual elaborado por la Organización Mundial de la Salud que advierte, además, que el número podría seguir bajando en años siguientes.