separateurCreated with Sketch.

La lección del niño de Nagasaki que transporta el hermano muerto

whatsappfacebooktwitter-xemailnative
Gelsomino del Guercio - publicado el 13/08/16 - actualizado el 09/08/22
whatsappfacebooktwitter-xemailnative
Es la foto símbolo de Joe O'Donnell tomada en 1945 poco después de la explosión. Y Papa Francisco está empeñado en que todo el mundo la vea

Joe O'Donnell, periodista y fotógrafo estadounidense que trabajó para la Agencia de Información de Estados Unidos, pasó a la historia por la sesión fotográfica de Hiroshima y Nagasaki. El más famoso, sin duda, es la de un niño de Nagasaki, con la mirada fija, que lleva a cuestas el cadáver de su hermano pequeño muerto de la segunda bomba atómica estadounidense el 9 de agosto de 1945 (Corriere della Sera, 13 de Agosto, 2007).

De los Marines a la fotografía

O'Donnell se alistó en los marines en 1945, a la edad de 23 años, con la intención de ir a luchar contra los japoneses. En cambio fue enviado a estudiar fotografía y luego fue enviado en septiembre, un mes después de las explosiones atómicas, para fotografiar las dos ciudades devastadas, Hiroshima fue bombardeada el 6 de agosto 1945 (140.000 muertes), y Nagasaki el 9 de agosto de (70.000 muertes).

El rostro sereno

Justo en Nagasaki, O'Donnell logró captar una historia sin precedentes. En su foto hay dos niños. Uno tiene la cabeza inclinada, con el rostro sereno, relajado. El niño parece estar durmiendo en los hombros de su hermano, que permanece inmóvil. Parece como si no quisiera perturbar el sueño del pequeño.

Pero el hermano está muerto, y el niño, que tiene sólo 10 años, está esperando que sea incinerado (The Huffington Post, 11 de agosto).

La historia de Joe

Una foto que vale más que mil palabras. Una foto que cuenta un silencio ensordecedor, como sólo una foto lo puede hacer, la tragedia de la guerra, se describe en los ojos apagados de un niño huérfano de diez años.

Una imagen que sacudió profundamente el fotógrafo, que relató la escena en una entrevista a una emisora japonesa:

La mirada fija

La fuerza de la imagen está en la mirada del muchacho con la mirada fija, estoico, sin emociones. Permanece inmóvil, durante unos 10 minutos, con el pequeño cadáver sobre sus hombros. Entonces los hombres con máscaras blancas encargados de las cremaciones se acercan: muy suavemente desatan las bandas que unen al niño a la espalda de su hermano. Los toman por las manos y los pies y lo posan sobre las llamas.

La cremación del hermanito

El hermano mira la escena, no parpadea, escribe el Huffington Post. Un solo movimiento imperceptible de los labios, que sangran. Él se mordía el labio inferior. Pero no derrama ni una lágrima. La llama cae en intensidad, al igual que el ocaso. El niño se da la vuelta y se aleja en silencio, así como llegó.

"Nunca más Hiroshima”

La historia de este niño trastorna profundamente O’Donnell. En una entrevista de 1995 a la emisora japonesa NHK TV, en el 50 aniversario del ataque de Estados Unidos, Joe se disculpó con el pueblo Japonés, en modo particular con las familias de las víctimas de los atentados:

¿Te ha gustado leer este artículo? ¿Deseas leer más?

Recibe Aleteia cada día.

Apoye Aleteia

Usted está leyendo este artículo gracias a la generosidad suya o de otros muchos lectores como usted que hacen posible este maravilloso proyecto de evangelización, que se llama Aleteia.  Le presentamos Aleteia en números para darle una idea.

  • 20 millones de lectores en todo el mundo leen Aletiea.org cada día.
  • Aleteia se publica a diario en siete idiomas: Inglés, Francés, Italiano, Español, Portugués, Polaco, y Esloveno
  • Cada mes, nuestros lectores leen más de 45 millones de páginas.
  • Casi 4 millones de personas siguen las páginas de Aleteia en las redes sociales.
  • 600 mil personas reciben diariamente nuestra newsletter.
  • Cada mes publicamos 2.450 artículos y unos 40 vídeos.
  • Todo este trabajo es realizado por 60 personas a tiempo completo y unos 400 colaboradores (escritores, periodistas, traductores, fotógrafos…).

Como usted puede imaginar, detrás de estos números se esconde un esfuerzo muy grande. Necesitamos su apoyo para seguir ofreciendo este servicio de evangelización para cada persona, sin importar el país en el que viven o el dinero que tienen. Ofrecer su contribución, por más pequeña que sea, lleva solo un minuto.

banner image
Top 10
See More
Newsletter
¿Te ha gustado leer este artículo? ¿Deseas leer más?

Recibe Aleteia cada día.