Así sonaba el poema homérico cuando era “cantado” por sus lectores originales hace más de 2500 años
La Ilíada, como tantos otros textos de la Antigüedad clásica y preclásica, es un poema originalmente destinado a ser leído en voz alta.
Varios estudiosos suponen que los llamados “epítetos homéricos” (llamar a Atenea “la de los ojos de lechuza”, o a Odiseo “el de ánimo paciente”, por ejemplo) es un recurso que ayudaría al oyente a recordar de quién se está hablando, por ejemplo, exactamente como hacemos hoy día cuando queremos referirnos a alguien (“la del cabello negro”, “el de la barba roja”), como se explica en este post de FAENA.
El profesor y clasicista de la Universidad de Kansas, Stanley Lombardo, traductor al inglés de la Odisea, la Ilíada y la Eneida, lee, en este video, las líneas 62 a la 107 del capítulo 23 de la Odisea, correspondientes al funeral de Patroclo y a los juegos que Aquiles organiza para honrarlo.