El músico brasileño que ofrece trueques culturales Llevar la música de Johann Sebastian Bach con un violonchelo a personas que quizás nunca vieron un instrumento forma parte de su misión. La música clásica e instrumental considerada como algo elitista es una de las cosas que más le molesta.
Su nombre es Diego Carneiro, es un reconocido músico brasileño y fundador de AmaZonArt, una organización no gubernamental encargada de enseñar música y realizar intercambios culturales.
En estos días Diego recorrió distintas comunidades de Ecuador enseñando a personas de todas las edades la música de Bach y las melodías brasileñas, al tiempo que creaba nuevas composiciones con los sonidos que aprendía en los lugares que acudía, indica El Comercio de Quito.
“Me entusiasmé con este proyecto porque llevé mi violonchelo y toqué música de Bach, música brasileña, y pude aprender de ellos. Hice una mezcla de la Amazonía donde nací y la de acá, con leyendas y cuentos, donde improviso”, expresó.
Uno de los propósitos de sus viajes con los voluntarios de AmaZonArt es lograr intercambios culturales, o sea, enseñar, realizar otras actividades a cambio de enriquecerse con los aportes de los pobladores que visita. Un verdadero trueque cultural.
Justamente, el secreto está en involucrar a quienes lo escuchan en sus conciertos.
Una de las tantas cosas que le sorprendieron en esa búsqueda y actitud fue el hallazgo de una fruta llamada asaí, muy comercializada en Brasil y utilizada más que nada por los antiguos kichwas para hacer medicinas y artesanías, agrega El Comercio.
No es la primera vez que Diego viaja a Ecuador. Ya lo había hecho con anterioridad, por ejemplo, en el Teatro Variedades Ernesto Albán donde realizó un concierto con fines benéficos.
Durante sus presentaciones es característico encontrarse con una combinación de música clásica y folclórica del Amazonas, la tierra que lo vio nacer.
La tarea y la pasión de Diego por la música en Ecuador prosigue. En estos días estaba prevista una presentación con la Orquesta Joven, aunque con el único propósito de hacer un concierto de música de cámara.
Pero la gran aventura de Diego no se limita a Ecuador porque en años anteriores pudo repetir la rica experiencia de intercambio cultural en otros países como Kenia y México, lugares en los que también pudo quedarse con nuevos sonidos y experiencias que luego fueron asimiladas en su música.