Osqui Guzmán dirige una obra de teatro sobre los derechos del niñoConversamos con Osqui Guzmán, actor, comediante, conductor, director de obras musicales infantiles, quien nos dice que “trabajar para los chicos es como una especie de inversión a futuro”.
“Los niños tienen una especie de ingenuidad y pureza mezclada, es como que creen en el momento pero al mismo tiempo tiene que ser tan genuino y completo lo que suceda para que ellos accedan a ese mundo, si no los chicos no lo asumen, se quedan fuera del juego. De esa manera como artista te vas entrenado en mantener algo genuino del teatro popular, siempre despierto”, comenta Osqui en Radio María.
“Uno cuando se dirige a los niños tiene que tener cuidado con el lenguaje que utiliza. Este tiene que ser llano, claro, concreto, a tierra, no dejar nada librado al azar porque son lugares en donde el chico construye más temores que otra cosa”.
“El lenguaje más sano es el lenguaje más directo, hablarles con la verdad, con la realidad, sin subestimarlos, los chicos entienden todo. Y sin dejarles cosas por contar, no crear expectativa porque ellos la tienen”, agrega.
Osqui vivió su infancia en Capital Federal, Argentina. Le gustaba mucho de chico salir a hacer las compras, era muy inquiero y en ese entonces, la plaza era el “único reducto” en donde podía desplegar su ser niño.
Después se mudó a La Boca, allí pudo forjar su identidad como niño, la cual sostiene y defiende aun en la actualidad.
Entre las obras infantiles que protagonizó están Mi Bello Dragón de Enrique Pinti, Robin Hood de Héctor Presa, Derechos Torcidos de Hugo Midón.
Sobre su trabajo con los chicos, Osqui dijo que “fue siempre muy placentero, de mucha diversión”, resaltando que “escuchar reír a los chicos es lo mejor que le puede pasar a un artista”.
“Es realmente sobrecogedor, algo sucede que tiene que ver con que estás moviendo una energía no contaminada, pura”.
“Derechos Torcidos es una obra que escribió Hugo Midón, basándose en un argumento muy sencillo, donde existe un personaje, ‘Pocho Machaca’, un adulto que yo interpreté, y él tiene a su cargo 7 niños entre 8 y 14 años. Los cuida en un lugar que se llama ‘El Lugarcito’, son chicos que no tienen familia. (….) La obra, cada escena, cada canción están basada en los derechos del niño. Fue muy importante esta obra en ese aspecto, actuada por chicos, hablando de sus propios derechos”, comenta Guzmán.
“La canción emblemática de Derechos torcidos se repartió en las escuelas de cada país para que ellos la canten porque habla de que todos somos iguales, nadie es mejor que nadie”, explica.
“Eso es un mensaje muy claro y muy directo. Hugo, eso es lo que tenía, todo su material se basaba en escuchar mucho a los chicos, en transcribir y construir a partir de argumentos con que los niños se defienden en el mundo. Logró un cóctel en su dramaturgia muy lindo”.
Hugo Midón recibió un premio de parte del Episcopado Argentino, por ser un artista que promovía los buenos valores.
En esa premiación ceremonial, donde Cristo estaba presente, Hugo sintió una especie de renovación espiritual, algo le pasó que sacó un papel en donde plasmó esta idea: “Si Jesús cantara ¿Qué diría?” Con eso se haría una canción, con la que se abriría Derechos torcidos.
Luego pensó en Jesús como un personaje: “Jesús no tenía nada, solamente tenía lo que tenía para decir y hacer, hacer con poco porque no tenía nada”.
Así comenzó a escribir: “yo hago mucho con poco, no me apabulla la escasez, si hay poco me la rebusco y si no hay nada ya voy a ver”. Un poema que mantiene siempre la esperanza viva.
Cuando Hugo subió a recibir el premio compartió este poema con todos los presentes. Así nos contaba Osqui Guzmán como nació la obra musical Derechos Torcidos.
Yo hago mucho con poco,
no me apabulla la escasez.
Si hay poco me la rebusco
y si no hay nada ya voy a ver.
Ya voy a ver,
ya voy a ver…
Y si no hay nada
ya voy a ver.
Si tengo me entretengo
y si no tengo salgo a buscar.
Pero lo que necesito,
básicamente, tiene que estar.
Tiene que estar,
tiene que estar…
Básicamente,
tiene que estar.
Abrigo para el invierno,
zapatos para los pies,
comida para la panza,
agua potable para la sed.
Almohada para los sueños,
escuela para aprender,
amigos para el cariño,
y vitaminas para crecer.
Yo hago mucho con poco,
no me apabulla la escasez.
Si hay poco me la rebusco
y si no hay nada ya voy a ver.
Ya voy a ver,
ya voy a ver…
Y si no hay nada
ya voy a ver.
Artículo originalmente publicado por Radio María