La ciudad, que otrora competía en esplendor con El Cairo y Constantinopla, está hoy abandonadaDel antiguo esplendor de Ani hoy quedan sólo las ruinas, rodeadas por más de un kilómetro de murallas. En su cénit, la ciudad había llegado a ser la capital del reino armenio Bagrátida, que cubría la mayor parte de lo que hoy es Armenia y buena parte de la Turquía oriental. Su ubicación geográfica la hacía punto de encuentro de abundantes rutas de comercio, por lo que la ciudad prosperó al punto de competir, en importancia y belleza, con ciudades como El Cairo y la mismísima Constantinopla, al punto de ser apodada “la ciudad de las mil y una iglesias”. Sus templos, palacios y fortificaciones se contaban entre las más espléndidas y técnicamente avanzadas del mundo.
Pero su esplendor también fue, al menos parcialmente, la causa de su destrucción: fue saqueada por los mongoles en el año de 1236, y luego azotada por un terremoto a inicios del siglo XIV. Así, la ciudad, que llegó a albergar casi a 200.000 personas en sus tiempos de gloria, quedó reducida a una villa, que eventualmente fue del todo abandonada. Hoy, las ruinas de Ani pueden visitarse libremente, a pesar de que el Fondo de Patrimonio Mundial y la UNESCO han señalado que éstas se encuentran en estado crítico. Apenas recientemente se han iniciado unos pocos trabajos de reconstrucción, según han informado las autoridades locales.