El candidato republicano visitó México, pero no se disculpó y siguió hablando del muroUn viaje relámpago del candidato del Partido Republicano a la presidencia de Estados Unidos, Donald Trump, había hecho albergar esperanzas de que iba a variar su discurso en contra de los mexicanos y de los indocumentados (11 millones de ellos) que viven y trabajan en Estados Unidos. Él mismo había anunciado esta variación.
Las primeras declaraciones de Trump, tras su entrevista privada de 40 minutos con el presidente de México, Enrique Peña Nieto, parecían confirmar las expectativas. Pero al regresar de la Ciudad de México, en Phoenix (Arizona), el discurso del magnate inmobiliario en contra de México volvió a endurecerse.
Aunque aún no lo sepan
Detallando su plataforma migratoria, Trump –quien no pidió una sola disculpa a los mexicanos por el discurso beligerante en su contra (ha llamado “criminales” y “violadores” a los indocumentados—dijo ante el auditorio del Centro de Convenciones de Phoenix que en cuanto llegue a la Casa Blanca, va a construir un muro “impenetrable” y “maravilloso” a lo largo de los 3,200 kilómetros de frontera que comparten México y Estados Unidos.
Aunado a eso, y al contrario de lo que dice el presidente de México que fue su postura frente al candidato republicano, éste volvió a repetir: “Y lo va a pagar México… Aunque aún no lo saben”. Peña Nieto dijo en rueda de prensa que la primera advertencia que le hizo a Trump fue que México no iba a pagar ningún muro. Y Trump, al salir del país azteca, mencionó haber hablado del muro, pero no de quién lo pagaría.
El millonario neoyorquino se refirió a este asunto del muro, que le ha acarreado la animadversión de la comunidad mexicana en Estados Unidos (unos 34 millones de personas, incluyendo las primeras y segundas generaciones), que “México colaborará con nosotros, así lo creo. Después de reunirme con su maravilloso, maravilloso Presidente, estoy convencido de que quieren solucionar este problema”.
El muro de Trump está calculado que cueste 25,000 millones de dólares (algo así como el ingreso anual por concepto de ventas de petróleo de México).
Deportaciones masivas
Confirmó, en su discurso, que va a deportar a los aproximadamente 11 millones de inmigrantes indocumentados; que todas las policías y el ejército estadounidense estarán puestos a cumplir esa nueva política migratoria; que militarizará la frontera; que ningún inmigrante detenido al cruzar ilegalmente la frontera será puesto en libertad, antes bien, permanecerá detenido hasta que sea deportado.
“Y serán deportados a sus países de origen, donde quiera que estén y los acepten de vuelta o no”, apostilló Donald Trump, en referencia a los muchos centroamericanos que ingresan a Estados Unidos en carácter de refugiados y de perseguidos por la violencia, especialmente niñas, niños y adolescentes perseguidos por las maras.
Ye encarrilado, el candidato del Partido Republicano al gobierno de Estados Unidos recordó que en su proyecto anti inmigrantes aquellos que quieran emigrar a Estados Unidos pasarán por un “examen ideológico” para “asegurar que todos los que entran en nuestro país comparten nuestros valores y aman a nuestra gente”.
Sin lugar a la amnistía
Frente a los insistentes señalamientos de los obispos católicos de Estados Unidos, frente a las peticiones de las organizaciones pro-derechos de los inmigrantes, Trump apuesta por la deportación de indocumentados, sin importar su familia o sus parientes que puedan resultar lastimados con esa política.
“Los que quieran tener un estatus legal solo tendrán una vía. Volver a su casa y solicitar la vuelta legal como todo el mundo. Lo harán a través de los cupos que estableceremos. Vamos a romper el ciclo de inmigración ilegal y amnistías”.
En un duro discurso contra la política migratoria que ha llevado el Presidente de Estados Unidos, Barack Obama, y las propuestas de la candidata Demócrata Hillary Clinton, Trump recalcó: “No habrá amnistía. Nuestro mensaje al mundo es este: no puedes tener estatus legal si entras ilegal en nuestro país”.
De llegar a la Oficina Oval, Trump va a echar abajo las órdenes ejecutivas propuestas por Obama que darían protección ante las deportaciones a indocumentados que tengan hijos que ya sean ciudadanos estadounidenses.