Un gesto de sencilla humanidad de probablemente el hoy mejor jugador de tenis del mundoNo sólo es uno de los mejores tenistas del mundo: Novak Djokovic es capaz también de gestos de sencilla humanidad hacia los que tiene alrededor. Como éste, cuando en medio de un descanso invitó a su asistente a sentarse junto a él y a beber agua, mientras él mismo sostenía el paraguas.
Djokovic nació y se crió en la ex Yugoslavia, y aunque pronto dejó el país por su carrera deportiva, pudo ser testigo de los horrores de la guerra. Por eso, fuera de las canchas, se dedica a ayudar a los niños víctimas de las guerras. La Iglesia ortodoxa serbia le tiene en gran estima por su fe y su labor humanitaria.