La procesión que recuerda el extraordinario cese del terremoto de 1692Como todos los años Salta se vistió de gala para con cerca de un millón de personas celebrar a la Fiesta del Milagro, una de las grandes manifestaciones de piedad popular de la Argentina y Sudamérica. Se trata de la culminación de una serie de actos en los que se renueva la fidelidad del pueblo con Cristo y su madre recordando un largo terremoto de 1692, que solo culminó cuando salió en procesión una venerada imagen de Cristo, que había sido traída del Callao, donde misteriosamente había aparecido cien años antes flotando en un cajón.
Al menos 800 mil personas participaron este año de la renovación del pacto de fidelidad, llegadas de todas partes del país. Fue el cierre de unos actos que comenzaron el martes por la noche, con una procesión de penitencia que recordó la primera procesión realizada en 1692, pidiendo al Señor del Milagro, imagen de Cristo Crucificado, el cese de los temblores.
Los Vivas a la Virgen y al Señor se intercalaron en una noche soñada entre canto y canto, acompañados por palmas de las que no eran ajenas ni los oficiales de policía destinados a mantener el orden. Pañuelos blancos al aire e incluso coreografías representadas con alegría, entre otras, por religiosas de distintas congregaciones todas juntas al cantar “Jesús está pasando por aquí”. Todo hasta rato después de reingresada la milagrosa imagen en la Catedral de Salta, como los invitados a una fiesta que no quieren que se acabe la música.
“Vieron que la luna celosa nos mira porque sabe que el Señor y su madre también nos ama”, comentó el Arzobispo de Salta Mario Cargnello destacando el clima de alegría. El prelado también recordó dos de los grandes hitos de la Iglesia argentina este año, la beatificación de Mama Antula y la próxima canonización, en un mes, del Cura Brochero.
Muchas intenciones fueron estando presente en voz de los pastores asistentes al triduo de la Fiesta, en especial referidas al narcotráfico y a las adicciones, como viene ocurriendo hace ya algunos años, a la corrupción y a la necesidad de cuidar la casa común. Pero como hacía referencia el Obispo, recordando otro hito de este año para los argentinos, el Congreso Eucarístico Nacional, “las dificultades de la hora presente no son más fuertes que el amor de Dios. La riqueza más segura de la Argentina son los argentinos, cada uno de los habitantes de nuestra patria, siempre abierta a toda la humanidad”.
Todas las intenciones, incluso la de los más de 50 mil peregrinos que en algunos casos recorrieron más de 500 kilómetros, fueron puestas a los pies de la imagen de la Cruz Primitiva y la Virgen de las Lágrimas, el Señor y la Virgen del Milagro. La sensación por el clima de alegría en Salta es que, como hace más de 300 años, Jesús y María escuchan y hacen propias las peticiones. Cerca de un millón de personas dan fe de ello.