Un pequeño mausoleo en Ravenna es la última morada del inmortal poeta florentino
Si hay algo con lo que los florentinos no están muy complacidos es con el hecho de que los restos de Dante no estén en su natal Florencia, sino a 150 kilómetros de distancia, en la ciudad de Ravenna, donde el poeta falleció en 1321, en el exilio.
Esta tensión entre ambas ciudades es comprensible, si se toma en cuenta que la obra de Alighieri está repleta de acusaciones más o menos veladas en las que exponía, digámoslo así, las vergüenzas y deslices de varios de los personajes más poderosos de la sociedad florentina de su tiempo.
Doscientos años después de su muerte, como explica esta nota en Atlas Obscura, la ciudad de Florencia decidió edificar un mausoleo para recibir el féretro del poeta, que el papa León X había mandado a traer de vuelta a la ciudad.
Sin embargo, Ravenna desobedeció la orden papal y Florencia sólo recibió un ataúd vacío. Los restos del poeta habían desaparecido.
Algunas historias locales cuentan que estaban ocultos en un convento franciscano en Rávena, hasta que a mediados del siglo XIX fueron redescubiertos, y preservados desde entonces en este sobrio mausoleo de mármol, en una discreta calle de la ciudad, lejos del constante asedio de las oleadas de turistas.