Respaldados por la ley, el estado, los médicos, la familia, le dieron lo que pedía: morirUna menor de 17 años ha muerto en Bélgica en la primera aplicación de la eutanasia legal a menores, informó este domingo el periódico Het Nieuwsblad. Se desconocen la identidad y la enfermedad que llevó a la menor a pedir morir.
El médico que respondió a la petición de la menor, respaldado por la ley, entregó un informe a la Comisión Federal de Control y Evaluación de la Eutanasia.
Bélgica se convirtió en el año 2002 en el segundo país, tras Holanda (que la prevé para mayores de 12 años), que despenaliza la eutanasia para menores, y el primero en hacerlo sin límite de edad, aunque con restricciones: que los padres lo consientan y que se encuentren en las fases finales de una enfermedad terminal.
Bélgica, Holanda, Luxemburgo y Suiza permiten la eutanasia con asistencia médica. En 2012, 1.432 personas (adultas) se quitaron la vida en Bélgica, un 25% más que el año anterior, según la Comisión Federal de Control y de Evaluación de la Eutanasia.
La aplicación de la eutanasia en menores llega ahora a pesar de la oposición de numerosos sectores.
En febrero de 2004, 58 miembros de la asamblea parlamentaria del Consejo de Europa publicaron una fuerte declaración, advirtiendo que así se “asume de manera errónea que los niños son capaces de dar su consentimiento informado a la eutanasia”.
También deploraban “la creencia inaceptable de que una vida pueda ser indigna de ser vivida”, cuestionando así la base misma de una sociedad civilizada.
Ese mismo mes, la Iglesia católica en Bélgica convocó una jornada de ayuno y una vigilia de oración para “despertar las conciencias y provocar un último debate público”.
Y el día después de la aprobación del proyecto de ley por la Comisión de justicia, 38 pediatras reaccionaron públicamente publicando una carta con 4 puntos:
1. “Esta ley no responde a ninguna demanda real. La mayor parte de los equipos médicos que se hacen cargo de los niños en fase terminal, a domicilio o en el hospital, deben reconocer que nunca se han enfrentado en su práctica a una demanda de eutanasia espontánea y voluntaria expresada por un menor de edad”.
2. “En el estado actual de la medicina, los medios para paliar el sufrimiento están ampliamente disponibles en nuestro país, más que en la mayor parte de los demás países (···); actualmente nos encontramos en situación de controlar perfectamente el dolor físico, y el sofoco o la angustia en la proximidad de la muerte. Los equipos de cuidados paliativos para niños reconocidos son perfectamente aptos para aliviar el dolor, tanto en el hospital como en casa”.
3. “Hacerse cargo de niños gravemente enfermos ya es suficientemente complejo. En esas circunstancias, es todavía más difícil para el personal médico y la familia encontrarse además confrontados a una elección ética especialmente delicada: ¿vamos a recurrir, sí o no, a la eutanasia pasiva”?. Los cuidadores en pediatría son testigos del indescriptible dolor de los padres de un hijo enfermo en fase terminal. La extensión de la ley a los niños no hará más que aumentar su angustia y su estrés”.
4. “Según la proposición de ley actual, la capacidad de discernimiento del menor de edad es una condición para admitir la petición de eutanasia. Sin embargo, en la práctica, no hay ningún método objetivo para apreciar si un niño está dotado de la capacidad de discernimiento y de juicio. Se trata, por tanto, de hecho, de una apreciación muy subjetiva y sujeta a influencias”.
Incluso una niña canadiense pidió al rey de Bélgica, junto a su familia, que rechazara firmar la ley “por el bien de los niños”, en el vídeo De una niña a un rey.
Su padre, el pediatra Paul Saba, lamenta cómo la eutanasia, que empezó en Bélgica para las personas que sufrían daño físico, se ha ampliado a todos los que sufren daño mental y ahora se quiere hacer llegar hasta los niños.